A Jimin le gusta llamar a Yoongi su alfa (y Yoongi hace lo posible para fingir que no le gusta).
♔ Slowburn, con una pizca de drama y muchas escenas románticas.
♔ Jimin es una bolita de energía y amor.
♔ Yoongi no es malo, pero sí es re lento.
Dud...
Tres días habían transcurrido después de aquel beso, y Jimin seguía sin poder sacárselo de la cabeza. Los detalles, el sentimiento en su pecho, el regocijo de su lobo.
Casi parecía aún sentir la sensación del crecimiento de su barba bajo sus dedos.
No se arrepentía. ¿Cómo se podría arrepentir de algo tan lindo? No. No se arrepentía, pero estaba tan enojado con él mismo. Porque, a pesar del trato que había hecho con Taehyung, él fue quien dio el siguiente paso. Otra vez.
Así como todos los anteriores.
Hablarle, conseguir su número, invitarle a salir. Todo había comenzado por iniciativa suya.
Desde que la relación de ambos comenzó a mejorar, desde que Yoongi comenzó a tratarlo como un amigo y no sólo como el omega que gustaba de él, Jimin se lo había prometido. Que él no sería quien diera también el primer beso.
Y ahí estaban.
"Ve el lado positivo de la situación", recomendó Tae a través del celular. "Quizá ahora lo dejaste con ganas de más".
Buen punto.
De hecho, muy buen punto. Y realmente positivo. Taehyung en serio sabía cómo subirle el ánimo.
—¡Alfa! Ya llegaste.
Cerrando la puerta detrás de él, Yoongi suspiró agotado por el peso de la lluvia en su abrigo y la humedad en su bufanda. Comenzó a quitarse la ropa extra mientras escuchaba los pasos descalzos del omega acercándose a él.
—¿Estás esperando hace m-?
Entonces se detuvo en la entrada, con la corbata a medio deshacer en su mano. Parpadeando confundido cuando vio a Jimin frente a él, con ojos cerrados, y los rosáceos labios ligeramente estirados.
—Jimin... —Ahí estaba, su tono de reprenda—, qué haces.
—Un beso para saludar —alegó el omega, abriendo los ojos.
—Prefiero usar las palabras, gracias.
Jimin le mandó una mala mirada y se devolvió a la cocina, dando un salto a uno de los taburetes para devolverse a su cereal. Yoongi, mientras tanto, fue a dejar sus cosas a su dormitorio y al baño.
—¿Cómo estuvo la universidad? —carraspeó el alfa, volviendo a la cocina con su ropa de veinteañero desempleado. Se dirigía directo al refrigerador.
—¡Bien! ¿Cómo estuvo la oficina?
—Aburrida.
—¿Porque no estaba yo?
Yoongi lo miró con expresión plana, haciéndole sonreír más.
—Aaanda, si coqueteas conmigo de vez en cuando no te hará daño. Y me haces sentir querido.
—De hecho... concuerdo —Jimin alzó las cejas al escuchar su tono algo más agudo, reprimiendo una sonrisa a la mirada de reproche que el alfa de pronto le enviaba, apoyando una mano en la isla y la otra en la cintura—. Es sencillo hacerte sentir querido.
—¡Lo es!
—Porque eres un bebé —acusó—. Eres feliz si te alimentan y te dan suficiente atención.
Jimin se echó a reír.
—Ya sé. Soy bastante sencillo, ¿verdad? —Apoyó la mejilla en su puño, sonriendo al sujeto registrando el refrigerador con el cabello rubio aún húmedo y desordenado. Tan atractivo—. Qué suerte la tuya, alfa.
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