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A pesar de lo calientito que estaba el resto de su cuerpo, Jimin despertó a la mañana siguiente sintiendo la nariz helada.

No abrió los ojos de inmediato, se sentía demasiado a gusto en el calor que le envolvía desde la espalda como para siquiera querer moverse. Demasiado a gusto en el agarre que lo mantenía quedo y acurrucado contra el colchón. 

Sonrió cuando reconoció la respiración pesada de Yoongi chocando detrás de su oreja.

Jimin recordaba sus noviazgos anteriores con cierta gracia en la actualidad. Le causaba diversión que en el pasado siempre se sintiera sofocado cuando alguien intentaba dormir dentro de su espacio personal, y ahora se sintiera como si fuera a soltar un ronroneo solo por tener a Yoongi contra su espalda.

La habitación estaba iluminada por el opaco día que se veía en el exterior. Las cortinas eran gruesas, pero en una pequeña abertura aún eran visibles las condiciones del otro lado y, hasta el momento, todo era muy azulado todavía. 

Apenas estaba amaneciendo.

Se removió un poco, llevando la mano hacia el brazo del alfa que, para su sorpresa, se escondía atrevidamente por debajo de su camiseta de polar, contra su piel desnuda. Si se movía podía sentir los dedos de Yoongi rozando su pecho.

La sensación, por alguna razón, le hizo tener un déjà vu.

Jimin volvió a cerrar los ojos cuando su nariz y mejillas comenzaron a entrar en calor, listo para volver a acurrucarse y perderse en un sueño. O ese era el plan, al menos, porque no pudo lograrlo.

Al final, con cuidado, decidió girarse. El brazo de Yoongi se mantuvo pesado alrededor de su cintura mientras se movía, hasta que al fin logró instalarse de costado frente a él. Yoongi resopló entre sueños, molesto por encontrarse con su cabello en vez de su piel, y los acomodó a ambos de nuevo. Jimin sonrió, enternecido por su expresión. Enredó los pies con los del alfa y cerró los ojos otra vez, preparado para volverse a dormir.

Cuando cinco minutos más pasaron sin que nada del cansancio de la noche anterior apareciera, se dio por vencido. Aburrido, y a sabiendas de que apenas conocía la casa y no podría bajar en busca de un tazón de leche caliente, Jimin volvió a abrir los ojos y comenzó a jugar con los pliegues de la sudadera de Yoongi. Las arrugas de la tela de pronto parecían interesantes.

Ahora que lo pensaba, era la primera vez que dormía con Yoongi y despertaba a la mañana siguiente aún a su lado. El alfa solía despertar mucho antes que él y siempre le dejaba durmiendo en la cama por su cuenta. 

Alfa malo.

El momento parecía tan doméstico que le hacía cosquillas en la panza.

Jimin, sin intentarlo realmente, sopló suavemente sobre la garganta de Yoongi, distraído por una pelusa. El alfa no se había movido en absoluto y su respiración seguía igual de pesada, así que Jimin volvió a hacerlo, con algo más de confianza, hasta que la pelusa se movió.

Por poco y sentía a su lobo moviendo la cola, entretenido con la situación. 

Con Yoongi todavía completamente dormido, Jimin deslizó la mano hasta el mentón frente a él. Se mordió el labio inferior con curiosidad mientras pasaba la yema de los dedos por el crecimiento de su barba; era áspero, pero por alguna razón la sensación le seguía siendo satisfactoria, tal y como lo fue la primera vez que lo besó. 

No estaba arrepentido de ello, no importaba qué tanto le preocupó en su momento. Ahora, ahí en ese cama, sabía que Taehyung había tenido razón. Ese beso robado fue probablemente algo en lo que el alfa pensó bastante, quizá hasta de verdad lo dejó con ganas de más y todo. 

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now