❦ 19 ❦

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Llevaba algo más dos minutos sintiendo el ardor en sus músculos. Algunas gotas de sudor habían comenzado a deslizarse por su frente y cuello, adhiriéndole el cabello a su piel. No estaba mirando mucho a su alrededor, así que las luces apagadas del penthouse y la oscuridad que la noche brindaba no le afectaban en lo absoluto. Tenía tiempo para algunas flexiones más, Yoongi se decía. 

No estaba seguro de cuánto tiempo o cuántas había hecho. No le importaba. No lo hacía por el amor al deporte. Sólo quería poder llegar a la cama, cerrar los ojos y dormir. Porque llegar a la cama, cerrar los ojos y pensar no había funcionado ninguna de las primeras veces. Ninguno de los primeros dieciséis días. 

En el exterior no estaba seguro de cómo le miraba el resto, pero por dentro, en su cabeza, todo era un caos. Tenía miedo, sin saber de qué con exactitud. Como si hubiese sido atrapado en una tormenta mientras dormía. Por cada lado que mirase, solo veía granos de efímeros pensamientos uniéndose en una tempestad que no hacía nada aparte de seguir empeorando con los días, y solo quería una noche, solo una, en la que pudiera llegar a la cama y olvidarse de ella. 

Lo único que sabía es que quería a Jimin de vuelta. Quería que volviera a hablar con él. Que al menos le dejara disculparse por dejarle plantado, y darle la explicación que se merecía, porque no le gustaba sentirse así. No le gustaba que Jimin estuviera enojado con él, mucho menos saber que le había lastimado. 

Dyun no era nadie. No hubiera reemplazado jamás sus planes de aquel almuerzo por un omega que acababa de conocer. Eso le diría. Eso quería decirle. No era tan jodidamente complicado. 

Quería que volvieran a como estaban en ese momento, tener un almuerzo, y seguir viéndose. 

Quería seguir viéndole. Quería hablar otra vez con él. Quería-

Los golpecitos en la puerta le hicieron detener sus flexiones y dirigir la mirada hacia la entrada. Quieto por un segundo, como si creyera que aquel sonido fuese el de un fantasma, esperó por algo más. Cuando escuchó una segunda ronda de golpes, Yoongi se levantó y dio un paso al frente.

Solo un paso. 

Porque eso fue lo que tardó en recordar que Jimin jamás tocaba la puerta. 

—Hey, soy yo —Yoongi cerró los ojos cuando reconoció la voz de Jin—. Abre, hombre. Traje algunas botellas de soju y muchas ganas de preparar la cena. 

El alfa se tomó un segundo antes de acercarse a la entrada, sin hacer nada más. JangHoon ya conocía a Jin. El portero sabía que debía dejarlo subir sin problemas cuando quisiera llegar a visitarle de sorpresa. 

—Yoongi, puede que no sea capaz de olfatearte desde este lado como tú probablemente ya lo has hecho, pero sé que estás ahí. Escuché tus pasos. ¿Vas a abrir? 

—No —murmuró. 

Sus ojos perdidos en el suelo, de pie frente a la puerta y con los hombros caídos. Sintió una gota de sudor bajarle por la nuca.

—¿Qué?

—No —respondió de nuevo.

—¿A qué te refieres con "no"? ¿Por qué no? 

—Jin —Su voz sonó ahogada—. Lárgate.

—¿Uh...? Espera, ¿hice algo? ¿Estás enojado conmigo? —Yoongi se llevó las manos a los costados de su frente—. Si es así, mierda, lo siento. ¿Por qué no me dejas entrar y conversamos?

Seokjin, del otro lado, miró la puerta en silencio y esperó. Sus hombros y rostro tensándose cuando no recibió respuesta. 

—Nos vimos en la mañana —recalcó él, despacio—. Te recuerdo que soy un beta y-

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now