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Yoongi abrió los ojos con un nudo en la garganta, sudando y atragantándose ante su pecho apretado. Vio el techo de la habitación con las cejas juntas, tragando duro. Después de un rato sin poder calmar la angustia en su corazón, el alfa comenzó a sentir las lágrimas llenando sus ojos. 

Tomó una honda bocanada de aire, con el máximo cuidado que pudo, Se sentó en la cama y luego miró alrededor. Todo estaba muy oscuro todavía, muy silencioso. Apenas podía mirarse las manos, y le asustaba. 

Su lobo estaba inquieto. 

Yoongi retuvo un segundo la respiración, como si así pudiera calmarse, y se frotó el rostro con las manos. Al exhalar, intentó concentrarse en buenos recuerdos. En cualquier cosa que le quitara el nudo de la garganta. 

Fue cuando su respiración había comenzado a acelerarse, desesperándose a la nula solución, que un suave toque llegó a su brazo. 

Jimin le miraba recostado, sin soltar el trocito de su camiseta que sostenía entre los dedos. 

—Shh —Jimin estiró su otro brazo, llamando por él con el más gentil cuidado—. Sólo fue un mal sueño.

Yoongi miró de vuelta al cobertor de la cama, temblando. —No recuerdo muy bien...

Jimin asintió, sin dejar de tirar su camiseta. Con un segundo tironcito, el alfa decidió aceptar la invitación.

Cuidadosamente, Yoongi se recostó contra el cuerpo de Jimin. Cerró los ojos a su inmediato consuelo, siendo sostenido contra su pecho, con el omega permitiendo que le rodeara la cintura y se escondiera entre sus brazos. 

El omega frotó la mejilla contra su cabello, aún medio dormido, sin notar el ruego de su propio omega en marcar al hombre apoyado en él. Suspirando, Jimin arrastró los dedos por el cabello de Yoongi con dulzura.

—Ya, ya pasó —Jimin murmuró, alcanzando el cobertor y cubriendo a su novio otra vez—. Fue muy feo, ¿verdad? —susurraba lento—. No maltrates tu corazón pensando en ello..., olvídate de esa mala pesadilla y concéntrate en mi aroma. 

Yoongi cerró los ojos, pasando saliva por su garganta.

—No te vayas...

Jimin rozó los labios contra su pómulo, sin dejar de mimarle.

—No me iré —le aseguró, y Yoongi suspiró, relajándose ante las feromonas que el omega expelía para su intranquilo corazón—. Te lo prometí, ¿recuerdas? —Sonrió con los ojos cerrados, suspirando—. No me voy a ir, alfa. 

Jimin se lamió los labios y continuó con sus caricias. Miró la habitación oscura, solo iluminada gracias al extremo de la cortina que no cubría la ventana. Sonrió ante Yoongi reacomodándose contra su pecho, apretando su cintura una vez antes de volver a relajarse. 

Dudaba que pasaran de las cuatro de la mañana. Tenía la sospecha porque su sueño no estuvo tan profundo. Si no hubiera sido por eso, quizá no hubiera despertado en cuanto sintió a Yoongi sentarse. 

Se alegraba de haber despertado.

Después de reunirse con Jin y Hobi en la estación de trenes, los cuatro, junto con los dos nenes, volvieron a casa con todas sus compras. Los niños cayeron dormidos en sus brazos mientras la otra pareja iba en los asientos delanteros. Yoongi, aunque estaba igual de cansado que ellos, se mantuvo atento durante lo largo del viaje. 

Cenaron algo liviano también, y se fueron a la cama temprano; antes de las nueve. Jimin se quedó viendo una película en su celular, Yoongi trabajando en su portátil.

Jimin pensaba que su novio dormiría como bebé toda la noche, pero quizá estar más exhausto de lo acostumbrado le salió como un disparo por la culata y terminó afectando sus sueños no de la manera correcta.

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now