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El ambiente en la cafetería era el ideal. El aroma a cacao y galletas horneadas hacían una mezcla dulce que cosquilleaba en su nariz y le aguaba la boca. El día afuera era uno de los típicos de esa temporada, con cierta brisa fresca arrastrando las hojas caídas de los árboles por calle en calle hasta llenarlo todo de colores anaranjados. 

El chocolate caliente en sus manos y la carcajada de Lisa frente suyo propagó la nostalgia en su cuerpo para recordar sus viejos días en la preparatoria, cuando todavía tenía a Taehyung a su lado 24/7 y no una vez a la semana por medio de una mala calidad de Facetime. 

—Sí, sí. Dime lo que quieras, pero yo fui la que te consiguió el dato de ese empleo y te hizo conocer el amor de tu vida. 

Jimin le sonrió, dándole la razón. —Nunca lo vas a superar.

—Claro que no. El día de su boda les cantaré la canción que con Taehyung les estamos escribiendo y le diré a todo el puto mundo que yo fui la que los reunió. Es de lo que más me enorgullezco en la vida, en serio.

—¿Incluso más que tu título universitario?

—Que ni siquiera estoy ejerciendo, pero sí —Miró la pantalla de su celular antes de chasquear la lengua—. Ah, demonios. Mi horario de colación está terminando. Debo irme ahora o llegaré tarde. 

—Pero aún no terminamos de comer —se lamentó Jimin, con ojos de cachorro maltratado.

—Tú tienes que estudiar. ¿A qué hora comienza tu próxima clase?

—Como en veinte minutos más. 

Lisa detuvo sus movimientos. —¿Y alcanzas a llegar a la uni?

Jimin suspiró hondo, dejando que el silencio contestara.

La omega le mandó una mirada de reprenda y tomó su billetera para ir a pagar,  ordenando su cabello rubio bajo una boina roja. Jimin la siguió después de tomar sus propias pertenencias. Se escondió detrás de una bufanda blanquecina y un abrigo negro.

Jimin miró la preparación de un café en lo que la fila avanzaba, y su primer pensamiento fue dirigido a una persona en particular.

—Uhm. ¿Puedes llevarle un americano a Yoongi de mi parte? —preguntó Jimin, mirando a Lisa mientras sacaba su propio monedero—. Sé que la reunión con los inversionistas es como en una hora más y, conociéndole, lo más probable es que aún no haya salido de su oficina de lo nervioso que está.

Lisa se encogió de hombros. —Como quieras, cariño. 

Jimin se acercó al otro cajero en lo que Lisa pagaba la cuenta de ambos, y pidió su orden. Aprovechó también de pedir los dulces favoritos del alfa. Cuando todo llegó a sus manos, Lisa terminaba una llamada a las afueras de la cafetería. 

La omega le miró interrogante. 

—¿Supongo que has dejado un mensaje o algo?

Jimin giró el vaso, mostrando el corazón y la pequeña frase que había escrito para el alfa. Una pequeña sonrisita adornó sus labios en seguida. —Como si ya no me conocieras. 

—Eres adorable.

Y con un abrazo apretado, prometieron verse en dos días más, cuando Jimin volviera a estar de turno como asistente en la firma.

Ir a la universidad y tener que trabajar era agotador. Agradecía tener la suerte de estar enamorado de Yoongi. Como que le sobraba la energía. Y considerando que nunca le contestaba los mensajes no relacionados con el trabajo y muy pocas veces seguía sus conversaciones casuales por llamada, toda esa energía iba al querer comenzar rápido el día y durar lo suficientemente estable hasta cuando pudiera verse con él.

Want you to love me || YM ||  ~Milaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें