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Día 1

Jimin no se consideraba alguien débil, o alguien que se le destruía fácil. 

No, Jimin no era así. 

Quizá sí lo fue por un tiempo, algunas veces con sus chicos malos, pero nunca dejó que le afectara demasiado. Cada uno le desgastó, pero de a migajas, y nunca profundamente. Nunca lloró ninguna mentira, ningún grito, ninguna humillación. Se desgastaba, con cada uno poco a poco, pero nada más. 

Nunca había permitido dejar tanto de sí mismo en las manos de nadie.

Jimin no se consideraba alguien débil, tenía control. 

Quizá lloró alguna vez por una película, por una canción, por las imágenes aterradoras en su cabeza de lo inestable que era el futuro. Pero era la clase de llanto que relacionaba con su humanidad, no por dolor. No como cuando lloró a los ocho años por escuchar que no volvería a ver a su madre. Una clase llanto que se marcaba por la pérdida, por el pánico y la confusión. Igual a cómo lloró cuando perdió a su abuela.

Jimin no se consideraba alguien débil. No lo hacía, a pesar de las veces que había soltado una lágrima por una estupidez. Se creía fuerte porque, a pesar de todo, nunca había llorado por un alfa. 

No lloró nunca una infidelidad, o una ruptura pública, no lloró en lo más mínimo cuando fue ignorado por una semana antes de enterarse que el muchacho con el que salía en ese momento había comenzado a salir con alguien más. 

¡No era débil! ¡No lo era! No por alguien que conocía hace unos meses.

Y aun así.

Aun así...

—Estaba con Dyun —sollozó con la voz rota, ahogándose en el momento en que sus labios soltaron las palabras, dejándose deshacer en un llanto que jamás había esperado soltar por un hombre en su vida, y dejando que Lisa, ausente por un segundo, atravesara la puerta hasta el interior de su departamento y lo sostuviera en sus brazos preocupados.

—Entiendo. Entiendo, cariño. Respira. Todo va a estar bien. 

Ayer, solo una hora alcanzó a transcurrir desde que cerró la puerta frente a Yoongi y volvió a abrirla para Lisa. La misma cantidad de tiempo que dejó de escuchar al alfa del otro lado. Lisa había tardado solo veinte minutos en llegar, y no preguntó nada, como si ya lo supiera todo desde el momento en que escuchó su desoladora pedida de ayuda por teléfono y lo hubiera confirmado al escuchar el nombre de Dyun en la entrada.

Se ha quedado con él hasta hoy, malgastando su sábado con sus lágrimas.

—Ni siquiera puedo culparlo —le mencionó detrás de su propio brazo, encogido en su cama, ocultando su llanto y su voz rota—. Me duele m-más, porque no es su culpa. No puedo decirle que si no me hubiera querido me hubiese rechazado desde el principio, ¡porque to-todo el t-tiempo lo hizo! ¡Todo el tiempo, Lisa! —La omega continuó acariciando su cabello—. ¡Fui yo el que se negó a aceptarlo!

—Está normal que duela —le murmuró, mientras le acariciaba el cabello—. Es normal —Lisa suspiró, mirando las paredes del dormitorio—. Creo que deberían reunirse a hablar, Jimin. No sería bueno que todo lo que vivieron juntos se corte así. No sería bueno para tu lobo. Ambos eran... prácticamente una pareja. Sé que tu omega formó un lazo de apego con él...

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now