❦ 14 ❦

40.3K 4.1K 3.9K
                                    

Jimin podía escuchar la suave melodía en los parlantes del supermercado mientras sacaba una fotografía a las cosas amontonadas en su carrito. Después de revisarla, envió la captura a Yoongi y continuó con la búsqueda de abastecimientos para la semana. 

Cinco días pasaron desde su visita al hospital. Casi seis, si tomaba en cuenta que ya era el atardecer de un frío viernes. Jimin tuvo que mantener una dieta estricta desde entonces, obligado a no consumir nada que disparara de nuevo el estrés en su estómago. Yoongi le estuvo ayudando bastante a decidir cuáles eran aquellas comidas, los primeros días. Ahora Jimin ya se encargaba por su cuenta. 

Una nueva notificación llamó su atención.

Aunque..., claro, eso no evitaba que continuara disfrutando de los halagos alentadores que recibía ante sus nuevas preferencias de comida. 

"Perfect🐥". 

Sonriendo, Jimin guardó otra vez el celular y llevó su complacido ser hasta la caja. El resto de la tarde lo pasaría en el apartamento del alfa, y si el tiempo le actuaba a favor, terminaría de preparar su nueva especialidad antes de que Yoongi llegara del trabajo. 

Era la primera cena que compartirían desde el día que volvieron del hospital, y no podía negar lo entusiasmado que se sentía. Todo el cuidado que había recibido en uno de los momentos más vulnerables de su vida le habían dejado con una nueva clase de aprecio al alfa. Necesitaba agradecérselo, mostrar su gratitud de alguna manera. Algo que no fuera mostrar el cuello, como su omega le estaba pidiendo tanto últimamente. No, no. Prefería quedarse con la satisfacción de alimentarlo y no arriesgar demasiado el respeto que todavía tenía de sí mismo. 

No iba a negar que también tenía algo de miedo. De que toda la atención hubiese sido sólo por verle en ese estado, por ser un omega y por estar cerca de él cuando todo comenzó. Mas, siempre esperanzado, esperaba que su intoxicación sólo hubiese sido un impulsor para que Yoongi progresara un poco más con su aceptación de lo muuuucho que en el fondo sí le quería. 

Jimin se rio avergonzado al pensar en ello.

Un poco pasadas de las ocho fue cuando al fin terminó de preparar todo. Justo a tiempo para escuchar a Yoongi abriendo la puerta y apareciendo con el rubio cabello mojado por culpa de la lluvia. Con el invierno a la vuelta de la esquina, tenían pronosticado un clima similar para casi toda la semana.

—¡Bienvenido a casa! 

Yoongi estaba en proceso de quitarse el abrigo cuando le miró. —Hola —Sus ojos se mostraron curiosos al olfatear el aire—. ¿Qué estás preparando? No huelen a tus espaguetis mágicos.

—No son mis espaguetis mágicos. Hoy el chef ha querido innovar y ha preparado otras comidas. Es una sorpresa.

El alfa le miró sospechoso por un segundo. 

—Jimin, si me has estropeado otra olla...

—¿Acaso has sentido olor a quemado? —preguntó con las manos en las caderas—. ¡No!, ¿verdad? Ahora ven.

Yoongi suspiró al verle desaparecer en la esquina, de vuelta en la cocina. Se quitó la corbata y fue a su siga a paso lento, arremangándose la camisa hasta los codos.

Tuvo la intención de cambiarse de ropa antes de comer, pero por el aroma podía apostar que Jimin ya tenía todo listo, y no quería hacer al omega esperar. 

—¡Tarán!

Yoongi bajó la mirada y sonrió, aguantando una sonrisa. Sobre la isla se encontró con muchos platos, de diferentes tamaños, y de muchos colores. 

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now