Chapter 8

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Sadie

Sin duda lo de esta noche me dejó cansada, así que solamente había llegado a mi casa para ir directo a mi habitación, ahora lo que necesitaba era recostarme. Me quite la tiara que me habían puesto en la despedida, la dejé en mi escritorio.

— Uff...que día — me deje caer a mi cama

Solamente miraba al techo... probablemente estaba un poco pasada de copas, pero no era tan grave.
Mire que mi celular estaba a un lado de mi, así que lo tome, ¿Sería buena idea llamarle a Henry?

No sabía si debía hacerlo o no, seguía pensando, hasta que me entró la llamada de el, no dude en contestar de inmediato.

— No me digas...no puedes dormir — comentamos al mismo tiempo.

Ambos solamente reímos porque habíamos hablado al mismo tiempo y sobre todo, habíamos dicho lo mismo.

— No sé si debería preguntar esto, pero ¿Cómo te fue en tu despedida?

Solté un gran suspiro para contestar, no le quería decir que había roto la promesa, pero tampoco quería ocultarselo.

— Bien...

¿Es enserio que solamente salió eso de mi?

— ¿Y la tuya?

Henry también tardo en contestar, hasta que logré escuchar una risa a través de la llamada
— Bien, también.

Ambos nos quedamos un momento en silencio, solamente escuchábamos nuestras respiraciones.

— Sadie, hay algo que tengo que decirte....

— dime

— Rompí la promesa...me deje llevar por los chicos y vaya...fuimos a un lugar en dónde era especialmente para la ocasión. Pero debo decirte que no toque ninguna mujer, de hecho no había como tal, era un casino normal. Yo solamente me la pasé bebiendo y jugando, hasta tuve buena suerte y gane unos cuantos dólares — se escuchaba como si estuviera arrepentido de lo que pasó y no lo niego, yo también lo estaba. — así que perdóname...

— No tengo nada que perdonarte, en realidad yo también la rompí...no como tal yo, porque en realidad solamente ví el espectáculo y ya. Solamente estuve bebiendo, si alguien tiene que pedir perdón debo ser yo.

— No, ni lo digas, no me pidas perdón, ambos fallamos en ello pero fue por nuestra compañía.

— Si...

Aún me sentía arrepentida por lo que sucedió, no estuve del todo cómoda.

— ¿Qué te parece si hacemos la nuestra?

Arquee una ceja — ¿Cómo? Ya no tenemos tiempo Henry, mañana nos casamos.

— La noche aún no termina, vamos, ¿si? — parecía niño pequeño pidiendo algo de la manera más amable. — Si quieres puedo subir por tu ventana para ir por ti.

— No, ¿nos vemos afuera de mi casa?

En eso voltee a mirar mi ventana y el ya estaba ahí, dentro de mi habitación, terminando de cerrar la ventana por la cual había entrado.

— ¿Es enserio? ¿Cuando dejaras de hacer eso?

No pude hablar más ya que el me jalo de inmediato hacia el para besarme.

— A partir de hoy... — contesto después del beso.

— ¿Y que quieres que hagamos aquí?

— No necesitamos música tan alta, mujeres o hombres, juegos, ni nada de eso para la despedida de solteros — me tomo de la cintura para después tomar mi mano. — ¿que tal si solamente hacemos un baile de despedida? Ya no volveré a entrar por esa ventana ya que ahora vivirás conmigo.

— Entonces...¿un baile?

El asintió con la cabeza y comenzamos a bailar, despacio, ambos solamente nos mirábamos a los ojos sin decir nada. Desde que nos conocimos pareciera que nos comunicamos con la mirada, porque eso es lo que mayormente hacemos.

— ¿Listo para mañana? — preguntaba mientras el me daba una vuelta.

— Si — me acerco a el — ¿Y tú?

— También

El solamente sonrió y recargo su cabeza en mi hombro, aunque tuviera que agacharse un poco ya que el es más alto que yo.
— Sin duda está despedida de soltero es la mejor.

— Lo mismo digo... — en eso sentí como si tuviera ganas de vomitar y corrí al baño.

Cuando termine enjuague mi boca y me senté en la tapa de la tasa del baño. Henry se acercó a mi y se arrodilló.

— ¿Todo bien? — tomaba mis manos.

Asentí con la cabeza.

— No te preocupes, ehh, si utilice condon la noche que estuvimos juntos — intento bromear.

— No dije que fuera eso — acaricie su cara — fueron las bebidas que me tomé...digamos que revolví un poco el alcohol.

El solamente reía aliviado, al parecer había pensado que era otra cosa. — debes aprender que no se revuelve la bebida, o sino estarás borracha más rápido. Y vomitarás.

Tape mi cara con mis manos y el solamente me abrazo — te quiero para toda la vida...

No sé cómo lo hace, pero logra hacer que me sienta en paz y a salvó, ahora comprendo porque me sentía vacía sin el, porque Henry llego a llenar mi vida.

— Yo también, Henry Jones — continuaba abrazada de el — no sabes cómo quisiera quedarme así contigo...pero mañana tienes que verme hasta el altar.

Ambos nos separamos del abrazo

— Está bien, te esperaré con ansias...si te ves hermosa en pijama no me quiero imaginar con tu vestido de bodas — al terminar de hablar dejo un cálido beso en mis manos. — ¿segura que ya no te sientes mal?

— Si, segura. Solo fueron las bebidas y los nervios por mañana.

— ¿Y por qué estás nerviosa? No te voy a morder — reía un poco — a menos que tú quieras.

— ¡Henry! — le di un golpe en el brazo.

Los dos ya habíamos salido del baño y el ya estaba por irse de mi habitación.

— Está bien, solamente no te sientas estresada, tómalo con calma. — abrió la ventana.

— Lo haré.

— ¿Te veo mañana en el altar?

— Si, no faltare

— Ay...— suspiro — voy a extrañar esto. Y pensar que está fue la última vez que subí.

Solamente miraba como el de verdad iba a extrañar subirse por mi ventana.

— Adiós, Capuchino.

— Adiós, croissant de chocolate.

Henry finalmente bajo y Caleb lo vió así que le gritó.
— ¡Te dije que hay una puerta en esta casa!

— Lo se, pero me gusta la ventana — contesto Henry mientras se subía a su auto. — además está fue la última vez.

Yo solamente puse los ojos en blanco y cerré la ventana al igual que las cortinas.

Bien... ahora sí se había llegado el momento de intentar dormir para mañana estar bien en mi boda...vaya eso es raro...mi boda, wow.

Nuevamente me deje caer en mi cama
— Te amo, Henry Jones

Henry

Te amo, Sadie Sink

And I Met You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora