Capítulo 10- Aléjate de Nikolai Petrova

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Capítulo 10

Aléjate de Nikolai Petrova

"El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita."

Marcel Proust

Nikolai y Stacey al final

¡A partir de aquí empiezan capítulos más extensos, espero no les moleste, pero necesito contar muchas cositas!

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ISAAC

El Comando médico entra finalmente a la casa, me ubican y piden informes sobre la situación, aún estamos todos incrédulos ante el macabro descubrimiento, peor aún, saber de dónde salieron los cadáveres, pues uno de los agentes cayó al suelo por un tropezón, por ello al estar contra el vidrio pudo ver de cerca el pecho de uno, allí pudo reconocer la placa casi escondida entre la ropa. Por allí debemos empezar, pero nos queda aún mucho por delante, puede haber más cadáveres dentro de otras estructuras de la casa como paredes o más suelos, y debemos comprobarlo lo antes posible.

—Vi algunos cuerpos, quince por lo menos, todos bajo un vidrio, pero la explosión lo partió por un lado, el olor se escapa —digo, mientras caminamos hacia el interior por toda la hacienda hasta llegar al sótano, pero ni por el puto altísimo vuelvo a ese aroma de podredumbre infernal, por ende, ellos bajan la escalera, pero un par no tardan en regresarse, deben ser nuevos en la división forense pues la mayoría tienen el cuero duro para esto, aunque ningún estómago es tan fuerte.

—Teniente Mendoza —invoco al primero a quien veo pasar, él se acerca para hablar conmigo bajándose la máscara—. Arme grupos de diez personas, debemos inspeccionar toda la casa y el terreno, el General ordenó un cateo a todo, no importa si destruimos la maldita hacienda por completo, debemos saber si hay más cue...

Veo cómo sale disparada otro agente fuera del sótano, pero solo toma aire sin hacer nada más, pero su expresión es más compungida comparada con nosotros los demás, por ello me acerco a indagar si pasa algo más extraordinario; sin embargo, la razón me deja helado... al parecer uno de los cadáveres es su hermano desaparecido hace un mes o al menos eso parece según la placa; sin embargo, puede ser otro con esa identificación como una especie de broma macabra. Sea como sea, el color se le ha ido de la cara cuando sube el Brigadier CMIQ a averiguar si está bien, aunque casi ni puede hablar, por ello mismo su jefe le permite ir con nosotros a verificar pues entiende lo duro de la situación y tiene algo que le falta a muchos, empatía.

—¿Cómo se llama, agente? —le pregunto para romper el hielo, mientras está apoyada en una pared.

—Sargento Miles, Brigadier, a sus órdenes —respira profundamente en un intento de regresa a la normalidad y por eso busco de dónde sacar un vaso de agua para dárselo.

Cenizas Quedan: RP#2©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora