Capítulo 30- El collar de perlas.

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Capítulo 30

El collar de perlas

"Dicen que lo mejor para ocultar una gran mentira es rodearla de numerosas mentiras pequeñas"

Kobo Abe

¡Mil perdones por el tiempo sin actualizar, he estado a full con mis estudios, pero aquí está, disfrútenlo y no olvides dejarme su comentario!

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ISABELLA

Kaan y yo estamos en la sala de espera, el médico nos ha dado parte de Alpha y Aslan, pero este último está muy mal, perdió mucha sangre y tiene heridas internas, está en diagnóstico reservado, en tanto terminen la cirugía a la que fue sometido Al...

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Kaan y yo estamos en la sala de espera, el médico nos ha dado parte de Alpha y Aslan, pero este último está muy mal, perdió mucha sangre y tiene heridas internas, está en diagnóstico reservado, en tanto terminen la cirugía a la que fue sometido Alpha, por otro lado, se golpeó fuerte en el derrumbe y tiene un trauma craneoencefálico, pero tiene mejores posibilidades. La sala ha sido acomodada, mantienen en un lado a las personas y otra estamos nosotros protegidos por escoltas. No he ido a casa, por ello sigo armada con el traje también, de pronto Kaan se pone en pie y le pide a uno de los escoltas ir por café para todos, después de todo, son más de la una de la madrugada, se los han llevado hace mucho tiempo para estabilizarlos, aunque no nos han dicho más de eso.

En diez minutos el escolta llega con cafés para ellos también, su guardia es de La Triada; sin embargo, les ha creado una vida nueva bajo el gobierno Deveraux, por eso es considerado, le han salvado la retaguardia infinidad de veces como Alpha. Kaan está silencioso; no obstante, la ira brota de su mirada junto a la impotencia cuando llega de vuelta el médico.

Una doctora diferente a quien había venido la primera vez pregunta por los familiares de Aslan Benavente, Kaan se pone en pie con nerviosismo como nunca lo veo para recibir la información, le dejo solo y solo puedo ver cómo palidece. Cuando regresa se ve casi transparente así que pregunto qué pasa. Necesita unidades de sangre AB negativo, pero el hospital ha usado la última disponible por la escases de esa en particular, por eso le tranquilizo, yo puedo donarle una y Sofía de seguro otra, le hablaré de inmediato, ella está en la ciudad, ha llegado justo hoy para despedirme antes de ir a México.

Él le informa a la enfermera que hay un donante y pronto la doctora regresa, se ve aliviada por un lado, pero intimidada seguro por mis armas. La sigo al interior del hospital, pasamos por los pasillos fríos, inhóspitos, donde hay camillas incluso en los laterales, están desbordados de pacientes aunque no sé porqué, tal vez algún accidente o emergencia. Avanzamos rápido en medio de las miradas extrañadas por mi vestimenta hasta llegar a una sala de sillas reclinables con atriles a su lado donde ella me sienta y me pide subir la manga, pero es demasiado ajustado, por ello debo sacarlo todo, por fortuna es de cremallera delantera con cinturón, así solo me descubro de la cintura hacia arriba. La chica me da una bata de hospital para cubrirme antes de empezar todo el procedimiento. Pronto esto recostada, mientras me conecta, si pudiera le donaría más, pero si no quiero tener problemas, solo puedo donar hasta cierto límite.

Cenizas Quedan: RP#2©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora