Cenizas Quedan: RP#2©

Capítulo 31- Ellos tras la pista

Capítulo 31

Ellos tras la pista

"Si hay algo seguro en esta vida, si la historia

nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera"

Al Pacino (The Godfather III)

Multimedia: Radioactive— Imagine Dragons

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—¡Es frustrante, Isaac, no la entiendo! —exclama Michael hacia su amigo más antiguo, mientras este le mira extrañado, es raro ver a su amigo así pues siempre es un remolino de buen humor. Están en un restaurante bar donde las luces son tenues y la música no es tan alta, pero hay sensación de calma por sus colores cálidos tanto en luz como en decoración, se les asignó una mesa VIP por influencia de Isaac con el hostes, por ello están en la plataforma a la que se accede por unas escalerillas donde hay dos guardias, desde allí se ven las mesas del primer piso, así como la gran barra circular llena—, ¿Por qué no me dice el nombre del hombre? Es una simple palabra.

—¿Cuál es tu obsesión con ese tipo? —replica su amigo, quiere hacerle olvidar el tema porque sabe cómo sufrirá su amigo si se entera de algo así—, déjala en paz por un demonio, es irrelevante.

—Cuando no sabías quién era el novio de Isabella estabas loco, malhumorado, grosero.

—No es igual —replica de inmediato—, yo debía saberlo porque estaba con mi hijo, no solo era porque ella es mi ex, además eso es presente, lo de Ren y l... ese tipo lleva más de dos años muerto —comenta porque casi suelta el nombre.

—¿Lo conoces? ¿tú? ¡Mi mejor amigo me traiciona!

—No te traiciono, descerebrado, te protejo ¿para qué alborotar el avispero? Déjalo atrás, porque ni ella está contigo, te ama a ti, ha dejado de verlo por mucho tiempo ¿no te basta eso para dejar de obsesionarte por un maldito nombre? —grita Isaac con frustración, mientras manotea—, toma a tu mujer, disfruta su compañía porque un día la puedes perder por una razón desconocida y pasarás años buscándola en otras.

De repente, Mike supo que hablaba de él mismo. Lamenta su pérdida porque jamás la había visto tan feliz como lo estuvo con Isabella Fox, era como un nuevo Isaac, un nuevo hombre dispuesto a luchar por su amor, pero un error lo condenó a perderla por salvar su vida, un sacrificio que ella estuvo dispuesta a hacer por el bien del amor de su vida, aunque este no lo supiera. Ahora, la anhela cada día como algo vital de su día a día, lleva más de dos años con la misma sensación de vacío porque no hay mujer, dinero, viajes o aventuras suficientes para reemplazarla. Es así, un ser infeliz, aunque tenga una hermosa familia.

—Cálmate, no es bueno para tu glucosa —inquiere Mike con más calma—. Sólo me sorprende que sepas algo tan delicado como el ex novio casado de Ren y no me lo digas.

—Todos cometemos errores, Michael, en muchos sentidos y esa relación fue un error que ella trata de olvidar porque no le enorgullece, no se lo hagas difícil —afirma Isaac.

—Con una mujer como la suya, agobiarla es lo peor —se oye una voz gruesa, fuerte, perteneciente a un hombre que les da la espalda en la mesa siguiente, habla sobre su hombro, pero en su tono hay burla—. Pero hágalo, eso me da oportunidad a mí —en ese momento se gira revelándoles un hombre de ojos azules y barbilla marcada de pelo negro de mirada pedante.

—¿De qué hablas? ¿conoces a mi mujer? —replica Mike con ira incipiente—. ¿qué es eso de una oportunidad?

—Que yo amo a Renata Montgomery, mucho más de lo que tú podrás hacerlo —comenta el hombre al ponerse de pie, impone desde la altura con su al menos metro ochenta y cinco, vestido de traje de tres piezas, pero su mirada fría causa repelús—. Sigue siendo un idiota, sigue haciéndola llorar y podré entrar en su vida.