Han pasado dos años desde que la verdad fue desvelada y un nuevo misterio se alza en los interiores del Consorcio Praetor, e Isabella Fox es el centro del mismo sin siquiera saberlo; su madre cargaba con más secretos dentro de su alma, mismos están...
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Llegamos a casa donde la niñera está en la sala de estar con la tele puesta en volumen bajo y se sonríe al vernos, nos explica que los niños preguntaron por nosotros y extrañaron nuestro beso de buenas noches, entonces le pago porque fue por horas fuera de las normales establecidas, para dejarla ir, hace su trabajo con amor, lo sé, Kayla fue escogida entre Isabella y yo de forma rigurosa y ahora está pasa por ellos una vez salen de sus respectivas secciones, pues lo hacen algunas horas antes que nosotros, los trae a casa, les da merienda, juega con ellos y lo hace igual en casa de Fox, ahí sin Nate.
En cualquiera de los dos hogares es excelente sin comparación.
Val la despide con una sonrisa para acompañarme a la habitación donde nos preparamos para dormir, ahí empieza el pedo.
—¿Y me vas a explicar los rasguños de tu espalda? —pregunta Val, mientras arregla los almohadones de la cama, parece distante, pero debe estar a punto de explotar—. Y no te hagas el loco, los veo muy claro, ¿quién fue?
—Es mejor que no preguntes, no te gustará —suspira profundo para agarrar su almohada y una cobija para ir hacia la salida, pero la tomo por detrás con mis manos en su cintura.
—¿A dónde vas? —susurro, no quiero hacerle daño, es la verdad, sólo me lo ha dado todo, pero no puedo quererla igual—. No seas berrinchuda, zumbambica —le quito las cosas de las manos para echarlas a la cama y tomarla a ella más cerca—. Sabes quién es ¿para qué preguntas?
«mejor así por ahora, perdón Cris»
—¿Tanto la quieres como para no respetar tu familia? Cristina no te quiere como yo — me dice en tono lastimero—. Nadie te quiere como yo.
«Isabella Fox lo hace»
—Ven a la cama, no quiero pelear —le pido alzándola en brazos y eso le saca una risa—. Lo siento ¿Sí? no quería que los vieras.
—Te marcó a propósito para que yo los viera —escupe cuando nos meto en el cobertor de la cama, ya el aire acondicionado ha enfriado un poco el ambiente, pero no podemos bajar tanto la temperatura por Nate, sufre de sus refriados constantemente y eso lo empeora. Por fin nos dormimos, ella con la espalda contra mi pecho para descansar.
Pocas horas después debemos ponernos en pie, trasnochar por Mike no nos exime de nuestras labores, sobre todo ella, yo ya tengo cierto estatus y privilegios. Nos duchamos rápido para atender a los niños quienes ya despertaron, Isaff está preparado para entrar en la ducha, allí yo lo hago, mientras ella atiende a Nate, a veces lo hacemos al revés, pero siempre nos dividimos todo para dirigirnos a la cocina y darles el desayuno preparado también por los dos, esa es nuestra rutina diaria. Una vez hemos acabado todo salimos hacia el Comando médico en donde está la psicóloga de la sección de guardería y preescolar de la base, un piso de pediatría con estas zonas delimitada y hermosas para ellos.
