Capítulo 31- Entre pecho y espalda

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Capítulo 31

Entre pecho y espalda

"Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo"

Séneca

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México

Culiacán Rosales, Sinaloa

Nuevo Hospital General de Culiacán.

Nikolai Petrova camina de un lado al otro de la sala de médico, debe mantener las apariencias y tiene un empleo como médico en un hospital, lo tomó en Sinaloa para estar cerca de Stacey quien ignora sus llamadas desde hace días, eso lo vuelve loco, su amada hace una vida con ese idiota quien no le llega ni a los tobillos ante sus ojos. el lugar parece hacerse más y más pequeño conforme da vueltas furibundo, tiene las garras listas para un zarpazo a quien osó quitarle a su amor, Stacey Falcon es cada día su santa y él es el creyente, quien le ora de rodillas. Su madre ha metido las narices, quiere controlarlo de nuevo como lo hizo muchos años; no obstante, ya no es un niño mimado, es un hombre hecho y derecho, ya no le controlará.

Se sienta en el brazo de un sillón con un tic en la pierna, duda si volver a llamar pues en cada ocasión donde ella no responde, hay un pico de ira desmesurada, aunque en el hospital no puede dejar salir el Petrova dentro de sí, la ola de destrucción masiva, quien mataría por su mujer se hace presente cuando piensa en ella lejos, porque por Stacey Falcon se convierte en bestia. Su nulo contacto le volvía más inestable aun, ni siquiera el ajetreo de la clínica en donde labora le distrae, de pronto, en sus ires y venires su teléfono suena, le buscan en urgencias pues ya ha pasado su hora de descanso, tiene cinco minutos de atraso, sale con prisa pues si el supervisor lo nota será motivo de reclamo y, por desgracia, no podía estallarle la cabeza con dinamita, pues en el trabajo no era más que un médico; dada la falta de pruebas de los Praetor no lo podía mostrar en medio como culpable porque ser hijo de una narcotraficante, no te hace corrupto, solo víctima de los designios macabros del destino.

Sin embargo, él no cazaba en esa opción, su tío Viktor le inició en el negocio más joven, le llevaba a las entregas de dinero o a los despachos de droga, le llevaba a fiestas de mujeres aunque en realidad no mostró interés sexual por ellas, le parecían fanfarronas y nunca se involucró con ninguna a pesar de tener los dieciocho bien cumplidos. Mientras camina recuerda a sus novias, hijas de traficantes, criminales, socios de delitos de su madre, ninguna tan hermosa o gentil como Stacey Falcon, no se comparaban a su Krasiv de ojos azules y cabello rubio como un ángel bajado del mismísimo cielo a complacer a los mortales quienes la vieran.

Solo podía pensar en como parecía habérsele escapado entre los dedos solo por su familia, de repente se vio en la necesidad de desear tener otro tipo de apellido, tal vez uno desligado del tráfico o la maldad porque aquello resulta ser el problema principal en medio de él y la mujer que ama. Ahora Stacey sale con alguien más y parece ser mejor opción, un buen chico, sin antecedentes penales, agente estrella Praetor ¿qué podría ser mejor para ella? pero en el corazón nadie manda, ni siquiera el hijo de una mafiosa sangrienta famosa en el mundo por la crudeza de sus acciones.

De repente, su móvil suena, pero al ver el número su corazón da un vuelco.

—¿Tacy? ¿eres tú, Krasiv? —pregunta con emoción—. Esperaba tu llamada.

Cenizas Quedan: RP#2©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora