Lisa Manoban teme convertirse en una Jekyll y Hyde de los tiempos modernos.
Lisa sueña con detalles gráficos en los que asfixia a una mujer hasta la muerte. Al día siguiente, se entera de que esa mujer ha sido víctima de un brutal asesinato.
Por su...
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LISA MANOBAN
Entonces, ahí estaba, un vínculo entre sus sueños y el mundo real, entre ella y la mujer asesinada. De un modo perverso, fue casi un alivio, una confirmación de sus temores.
─No sé de dónde habría sacado mi nombre y mi número de teléfono, ─ le dijo al detective. Era la verdad, hasta donde ella sabía.
─Tu número no figura en la guía, ¿verdad?
─ No está en la guía, pero no es ningún secreto. Incluso dispongo de un tipo de tarjeta de presentación con los números de mi oficina, casa y móvil.
Los dos policías intercambiaron miradas y Lisa supo lo que se avecinaba.
El detective Wang se acomodó tranquilamente en una de las sillas y se recostó.
Lisa se preparó para lo que venía.
─Resulta que hemos encontrado una de esas tarjetas en el apartamento de Somi. ¿Desea cambiar la versión de que nunca la había visto?
Ella negó con la cabeza, el movimiento parecía estar en cámara lenta. ─No sé como llegó allí.
Por sus expresiones aburridas y llenas de duda, se dio cuenta de que no le creían. Tampoco estaba segura de creerse a sí misma.
─Algunos de sus amigos mencionaron que Somi estaba muy enamorada de ti. Dijeron que ella les había comentado que ustedes habían ido juntas a la escuela, pero que Somi se había mudado y no había vuelto a verte hasta que apareciste hace poco─ continuó el detective Wang.
Aquello casi le robó a Lisa el último resto de control.
─No salía con esa mujer, y respecto a lo de ir a la escuela con ella ─ Frunció el ceño, buscando en su memoria, recordando la incómoda sensación que había tenido al ver que Jeon Somi le resultaba familiar. ─No sé. Mi clase era numerosa y no he mantenido el contacto con mis compañeros. ─ Se le oprimió el pecho y tuvo que forzar las palabras. ─ Por lo pronto, no recuerdo a nadie con ese nombre.
El detective Wang sacó un paquete de cigarrillos del interior de su chaqueta. ─¿Le importa si fumo?
─Preferiría que no lo hicieras. Dejé de fumar hace unos meses y preferiría no estar cerca.
El detective Wang volvió a guardar los cigarrillos en su bolsillo, su rostro era una máscara cuidadosamente disciplinada. Si estaba ofendido, no lo demostró. ─¿Así que niega haber salido con Jeon Somi?
─Sí. Niego haber salido con ella. ─ En todo caso, no lo recordaba.
─¿Y las manicuras?─
─¿Manicuras?─ El cambio de tema tomó a Lisa por sorpresa. ─¿Qué tiene eso que ver con el asesinato de esta mujer?
Los hombres volvieron a intercambiar miradas.
─La fallecida era manicurista, ─ dijo el detective Park.
