Lisa Manoban teme convertirse en una Jekyll y Hyde de los tiempos modernos.
Lisa sueña con detalles gráficos en los que asfixia a una mujer hasta la muerte. Al día siguiente, se entera de que esa mujer ha sido víctima de un brutal asesinato.
Por su...
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JENNIE KIM
─Sabes que estás jugando con fuego, ─ dijo Dongsun, colocando su taza de café en el plato. Sentado frente a mí, se reclinó sobre la mesa redonda de madera de su luminosa cocina y dio un gran mordisco a su bagel.
Para mantenerlo al corriente de la situación de Lisa, lo había invitado a desayunar el sábado a última hora y le había confesado los sucesos del día anterior, incluido el beso. Esa última parte había sido difícil de contar. Era algo privado que Jennie no quería compartir. Pero, desde un punto de vista profesional, sabía que todo lo ocurrido, todo lo dicho, era importante.
─Soy consciente de que estoy jugando con fuego, ─ respondí.
─Mucha gente se emociona con ese tipo de cosas, pero tú nunca has sido así. Te conozco desde hace mucho tiempo, Jennie. Esto no es propio de ti. Comprendo que la cuestión de la ética ya no es aplicable desde que Lisa es ahora mi paciente, pero eso nunca había sido la principal razón que mantenía esa barrera entre tú y tus pacientes.
Me detuve en el acto de untar queso crema sobre otro bagel. ─ ¿Barrera? ¿Estás diciendo que guardo distancia con mis pacientes?
─Por supuesto. Y eso es bueno. Tienes una compasión natural que te hace preocuparte por la gente y querer ayudarla. Pero también tienes un miedo natural que te impide perder la objetividad. Es una buena combinación. Te quedas en tu cabeza, no en tu corazón, y eso hace que sea más fácil ver lo que la gente necesita y ayudarles. Hasta ahora. ¿Qué está pasando, Jennie?
Seguí esparciendo el queso crema a pesar de que ya no tenía hambre ni intención de comerme el bagel. Pero los pocos segundos de tiempo que había ganado de este modo no me ayudaron a encontrar ninguna respuesta. ─No lo sé, Dongsun, ─ admití. ─No sé qué está pasando. Estoy tan confundida conmigo misma como con Lisa.
Dongsun la miró atentamente. ─Estoy seguro de que no tengo que recordarte que salvarla no cambiará el pasado. No traerá de vuelta a tú padre.
─No se te escapan muchas cosas, ¿verdad? ─ Dejó el bagel en el plato y dibujó con un dedo el borde de la taza de café casi vacía. La porcelana estaba fría al tacto, ya no estaba caliente por la bebida. ─Tienes razón. No me había dado cuenta hasta hace poco de lo mucho que me sigue afectando aquel incidente.
Dongsun extendió el brazo por encima de la mesa y me puso la mano encima. ─Siempre te afectará. Forma parte de ti. No va a desaparecer. Note recuperas de un trauma así. Aprendes a vivir con ello, pero siempre formará parte de ti. Ya lo sabes.
Miré a través de la ventana que había junto a la mesa, más allá de los arbustos, más allá de los árboles, dentro de mi propia mente. ─Amaba tanto a mi padre. Era mi mejor amigo. Incluso después de enfermar, consiguió ocultármelo casi todo. A veces, durante unos minutos, soy capaz de olvidar loque pasó y sólo recordar la relación especial que teníamos.
