Capítulo XXV

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LISA MANOBAN

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LISA MANOBAN

Mientras Jennie y DongSun hablaban en la cocina... probablemente sobre mí... estudié la escritura en el pedazo de papel arrugado que Jennie me había entregado. Tenía un amigo abogado que podía obtener información de los registros en la capital del estado en Austin usando el número de matrícula. Podría no decirme nada. El auto podría estar registrado a su nombre. O podría estar a nombre de Pranpriya, y la dirección podría o no ser la suya.

Aplasté el papel, como me gustaría aplastar a Pranpriya. Si tan sólo pudiera encontrar a la bastarda, yo...

Ese pensamiento me hizo sonreír irónicamente. Ahora pensaba como Pranpriya, deseando deshacerme físicamente de la personalidad indeseable. Según Jennnie y DongSun, con el tiempo tendría que aceptar a Pranpriya, integrarla en mi propia personalidad.

Con razón mi terapia iba tan lenta. No podía imaginarme haciendo eso. ¿Cómo podría aceptar en mi alma a alguien tan extraña, alguien malvada, alguien que odiaba a la mujer que yo deseaba?

Jennie y DongSun salieron de la cocina, sus expresiones eran agradables pero disimuladas, su problema evidentemente resuelto.

─Consulta profesional, ─ dijo Jennie, volviendo a sentarse mientras evitaba mis ojos.

Le incomodaba que hablaran de ello. Todo este asunto de la terapia, de contar mis secretos más íntimos, me incomodaba, pero cuando las personas a las que me había confesado hablaban entre ellas de mí, me ponía realmente incómoda.

Pero esto no era como mi confesión adolescente a Somi, me recordé a mí misma. No tenía más remedio que confiar en Jennie y DongSun. Las acciones de Pranpriya me habían quitado esa opción. Había perdido el control de mi vida, pero lo recuperaría. Rastrear este número de matrícula podría darme un comienzo en esa dirección.

Al otro lado de la habitación, Jennie me observaba con una expresión triste. Era lo último que quería ver en su rostro. No quería que sintiera lástima por mí. Quería que me deseara, quería ver en su cara la misma expresión que cuando la había besado en el lago.

Me di cuenta de que estaba aplastando el papel ya arrugado en mi puño. Ojalá pudiera hacer lo mismo con Pranpriya, meter la mano en mi propio cerebro y aplastar la parte en la que vivía Pranpriya.

 Ojalá pudiera hacer lo mismo con Pranpriya, meter la mano en mi propio cerebro y aplastar la parte en la que vivía Pranpriya

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Entre las sombras  - JENLISA ┃ G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora