Capítulo XXVII

550 113 14
                                    

JENNIE KIM

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

JENNIE KIM

Me envolví en mis brazos y temblé mientras observaba las desesperadas acciones de Lisa.

Pero ¿seguía siendo Lisa?

Love y DongSun estaban allí. Yo estaba a salvo. Pero no me sentía segura.

Me fijé en DongSun, que estaba estudiando a Lisa ¿Pranpriya? con aire apático. Se encontró con su mirada y alzó los hombros incapaz de hacer nada.

─ ¿Lisa? ─ pregunté tímidamente.

Lisa se detuvo y se giró hacia mí, su rostro estaba lleno de rabia y agonía... e innegablemente era Lisa. Pranpriya nunca había mostrado signos de agonía.

Lisa volvió a empujar el cajón dentro de la cajonera y se pasó una mano por el pelo. ─Soy yo, ─ dijo Lisa, cansada.

Yo asentí, con un movimiento brusco.

Lisa me estudió un momento y se dio cuenta de que el miedo se me notaba en la cara. Su expresión cambió a una de odio hacia sí misma y salió por la puerta, pasando junto a mí y a DongSun, hacia el segundo dormitorio.

─Quizá no haya sido una buena idea, ─ le dije.

─ ¿Es tu cabeza o tu corazón el que habla? ─ preguntó DongSun.

Miré alrededor de ella a la habitación que de alguna manera se sentía obscena. ─Mi corazón, supongo. Parece que he perdido todo distanciamiento.

Él asintió. ─Lo sé. Ven, Love. ─ Seguí a DongSun y a un Love evidentemente agitado por el pasillo hasta el segundo dormitorio.

Lisa estaba de pie en el umbral de la puerta. Un gran escritorio y dos mesas más pequeñas llenaban la pequeña habitación. Un ordenador nuevo, una impresora, un teléfono que hacía juego con el del dormitorio, discos compactos, multitud de libros y demás material informático cubrían todas las superficies, incluido gran parte del suelo.

─ Las computadoras siempre han sido mi afición, ─ dijo, con voz monótona. ─Si no hubiera querido ser como mi padre, probablemente me habría dedicado a esto.

Caminó lentamente por la habitación, alrededor de las mesas, mirando pero evitando tocar algo.

─Esto es espeluznante, ─ dijo Lisa, con voz ronca. ─Casi me veo trabajando aquí, pero juraría que nunca he estado aquí, que nunca he visto nada de esto.

Lisa apartó una silla del escritorio, se sentó tímidamente en el borde y pulsó un botón situado en el disco duro. El ordenador emitió un zumbido y un pitido que resonó por toda la habitación.

Lisa estudió la pantalla atentamente, moviendo y pulsando el ratón, maniobrando a través de programas y archivos.

Como por mutuo acuerdo, ni DongSun ni yo hablamos ni nos movimos.

Entre las sombras  - JENLISA ┃ G!POnde as histórias ganham vida. Descobre agora