Lisa Manoban teme convertirse en una Jekyll y Hyde de los tiempos modernos.
Lisa sueña con detalles gráficos en los que asfixia a una mujer hasta la muerte. Al día siguiente, se entera de que esa mujer ha sido víctima de un brutal asesinato.
Por su...
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JENNIE KIM
Escogí un libro que había estado deseando leer y me acurruqué en un rincón del sofá con Kuma pegado a mí. El día había sido gris, con lluvias intermitentes, y la tarde era fresca y húmeda. Había pensado en encender un fuego en la chimenea, pero el gesto me pareció inapropiado. No me sentía cómoda. Me sentía sola a pesar de mi peludo compañero.
Acaricié la suave cabeza marrón de Kuma. ─A ti también te gusta Lisa, ¿verdad? Supongo que los dos tenemos mal gusto. No, malo no. Sólo mala suerte.
Kuma se acurrucó más cerca como si comprendiera y quisiera ofrecer consuelo.
Sonó el teléfono y lo cogí sin mucho entusiasmo. El sábado por la noche, la única persona que podía llamar era un paciente angustiado.
─Jennie, soy yo, Lisa.
─ ¡Lisa! ─ El sonido de la voz de Lisa me levantó el ánimo de manera desmedida. Sabía que no debería estar tan emocionada, pero lo estaba. ─No esperaba saber de ti. ¿Estás en Tyler?
─No. Estoy a diez minutos de casa. He vuelto pronto.
─ ¿Va todo bien? ─ Su voz había perdido el tono de tormento. Algo había sucedido para efectuar un cambio importante en su actitud. ─ ¿Preguntaste a tus padres sobre Pranpriya?
─Sí, lo hice. He descubierto algo muy interesante y me gustaría mucho hablar contigo de ello. Sé que es tarde, pero ¿podríamos quedar en mi apartamento?
─ ¿Reunirme contigo? ¿En tu apartamento? ─ ¿Después de mi firme determinación de ayer de no volver a verla? ¿Estaba hablando con Lisa o con Pranpriya? Los latidos de mi corazón se aceleraron, mi mirada involuntaria e inútilmente iba de ventana en ventana, tratando de comprobar si las cerraduras estaban todas en su lugar.
─ ¿Si te parece bien? ─ preguntó. ─Estás a sólo cinco minutos. Por supuesto, siempre puedo pasar a recogerte.
─Bueno, no, eso no es necesario. Es sólo que...
─ Está todo bien. Ya no debes tenerme miedo. Lo que tengo que decirte sobre Pranpriya lo explicará todo. Jennie, no estoy loca. No soy una asesina. La historia es bastante descabellada, pero todo es verdad.
Quería creer que era verdad, que de algún modo Lisa tenía una explicación que me permitiría ir a verla con seguridad, que anularía su enfermedad. Pero no podía imaginarme cuál sería esa explicación. Sabía cuáles eran los hechos. ¿Cómo los explicaría? ¿Cómo explicaría a Jeon Somi? ¿Cómo explicaría los sueños sobre ella?
Me obligué a echarme hacia atrás.
─Eso es maravilloso, Lisa. Pero no quiero esperar hasta llegar allí para oírlo. Cuéntame tus noticias ahora.
─Esto es demasiado importante para hablarlo por teléfono. Necesito que estés conmigo, donde pueda verte y tocarte, rodearte con mis brazos. Confía en mí, estarás perfectamente segura en mi casa. Tenemos un guardia de seguridad abajo. Te verá subir, así que no me atrevería a dañar ni un pelo de tu bonita cabeza.
