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Eugene miró a Alexis con una mirada de injusticia sin atreverse a decir nada en voz alta.


"Tú..."


Alexis comenzó a hablar, pero se detuvo. Sus cejas bien formadas todavía estaban fruncidas. Eugene cambió de estrategia al ver la evidencia de su incomodidad.


"Um... Bueno, me cambiaré de ropa primero, lavaré la bata también"


Eugene soltó discretamente su mano para no provocar más a Alexis. La bata era tan grande que el cuello se abrió. Mientras presionaba el cuello de la bata para evitar que se viera su piel desnuda, dio un paso atrás. Pero esta vez, Alexis agarró su brazo.


"No estoy enojado"


"¿De verdad?"


En lugar de una respuesta, el rostro de Alexis se acercó rápidamente. Sin tener tiempo para reaccionar, sintió una sensación suave en sus labios que luego se separó. Y luego, algo cálido y suave lamió sus labios y luego se alejó.


"¡¿...?!"


La comprensión de la situación llegó un momento después del impacto. ¿En sus labios...?

Eugene miró el rostro guapo de Alexis. Aunque el hombre estaba haciendo una expresión complicada, esta vez su rostro estaba más cerca que nunca, pero no pasó nada.


"No te pediré que me perdones por mi falta de educación"


"Um..."


"No estoy enojado. Tu apariencia me resulta demasiado estimulante. Quería hacer algo más que esto. Suspiro. Admito que mi paciencia fue insuficiente"


"¡¿...?!"


Esta vez, entendí un poco tarde. Quería hacer algo más que esto ¿Qué quería hacer? Me obligué a detenerme cuando intentaba encontrar la respuesta a la pregunta que surgió en mi mente. Tenía la sensación de estar tocando una caja de Pandora que no debía abrir.

Traté de recobrar la compostura, pero Alexis acercó su rostro de nuevo. Esta vez, sentí una suave sensación en mi mejilla en lugar de en mis labios, y luego se alejó.


"Nos vemos después"


Alexis soltó mi mano y se dio la vuelta. Eugene, confundida, no se dio cuenta de que las mejillas de Alexis se habían sonrojado. En su lugar, lo observó mientras desaparecía en la sala del duque.


TOC.


Recuperé la conciencia al escuchar el sonido silencioso de la puerta cerrándose.

Es mi primera vez besando... No, espera. No fue un beso, fue un piquito. Su lengua no entró.

Mientras intentaba corregirme diciendo que no fue un beso sino un piquito, mis mejillas se pusieron rojas. Beso o piquito, al final, era un hecho innegable que nuestros labios se habían tocado.

Cariño, cariño, cariño Where stories live. Discover now