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Odio los aviones. Odio los aviones. Odio los aviones.

Era eso lo único que podía pensar mientras bajaba por las escaleras de algún aeropuerto en España. Por suerte -desgracia para la nena que estuvo al lado mio-, no pasó nada más que gritos ahogados y unas cuantas lagrimitas.

No sé con exactitud en donde estoy ahora, solo se que cuando llegue al final de estas escaleras veré a mi hermano esperando para avergonzarme con un gran cartel.

Y así como lo espero, sucede.

"¡NENA, MALE ACÁ ESTOY, NO ME OLVIDÉ DE VOS!"

Mis mejillas enrojecen al verlo saltando con ese pedazo de papel mal cortado entre toda esa gente. Pero no puedo evitar sonreír cuando veo todas las fotos que tenemos juntos pegadas ahí, aunque igual que el papel, todo chueco.

Termino de bajar y no es hasta que toda la gente se desvanece por caminos diferentes que sus ojos encuentran los míos.

En ese mismo momento olvido que quería matarlo.

—¡Vení que te rompo los huesos a abrazos! —me dice antes de botar el cartel y tomarme a mi.

Me siento protegida en él, su aroma y su presencia. Amaba a Matías mucho más que a cualquier persona y por eso la seguridad de sus brazos siempre fue y será mi favorita.

—Me vas a matar a este paso —murmuro como puedo, empieza a asfixiarme.

—Mejor, así solo compro un vuelo de regreso.

—Tarado.

No se por cuánto tiempo continúamos abrazándonos, solo se que podría seguir así por cincuenta mil años más.

—Vamos, que mi descanso terminó hace cinco minutos —su voz, ahora extraña para mí, suena—. Me van a matar por esto, ¿sabes?

—Debería ser un honor morir por tu hermanita -digo agarrándome de su brazo.

Ese era mi lenguaje de amor.

—¿Qué tal el vuelo? —pregunta mientras empezamos a movernos por la edificación.

—Buenísimo —la ironía habla por mi.

Continuamos caminando unos metros más hasta que cruzamos las gigantes puertas del aeropuerto. Decir que la mandíbula se me cayó al suelo y que la pasé pisando es nada comparado con lo que pasó en ese momento. Mis ojos enfocaron las edificaciones en todos lados, los árboles preciosos, los muros pintados con cuidado en cada pincelada, contrastando a los grafitis descuidados que se ven en Argentina.

Iba a tener un orgasmo visual si no parpadeaba.

—¿Vos ves esto todos los días? —es lo único que puedo estructurar verbalmente.

𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐒𝐨𝐮𝐥𝐬 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄWhere stories live. Discover now