𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐒𝐨𝐮𝐥𝐬 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ

１４

When Malena falls in love, I know
that boy will never be the same

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ᴱⁿᶻᵒ'ˢ ᴾᵉʳˢᵖᵉᶜᵗⁱᵛᵉ
⁽ᴴᵒʳᵃˢ ᵃⁿᵗᵉˢ⁾

—Eres un boludo en todo su esplendor.

Fran tenía unos cuantos tragos encima, no estaba tan perdido pero si lo suficiente como para sincerarse en cada palabra que soltaba.

Recibí su llamada hace alguna horas. "Quiero hablar con vos", fue conciso, breve y me causó escalofríos imaginar de que quería hablar. Estuve sobrepensando todo el camino, no había pasado mucho desde que Malena salió con él. ¿Qué pasó entre ellos? ¿Por qué quería verme justo ahora? ¿Llegaron a algo y me iba a pedir limites con ella?

El solo hecho de pensarlo me ponía enfermo. Imaginar a Malena en algo, con alguien, me hacía perder el control de todo mi organismo. Quería correr hacía ella y decirle que no podía verla con alguien más, que era mía y yo suyo. Que no podía ser de nadie más que de ella.

Cuando llegué, Fran ya estaba ahí. Tenía su sonrisa habitual pero una aflicción notable en los ojos. 

No me saludó, tampoco yo a él. Solo me senté y pedí algo, como si hubiera estado ahí siempre. Sabia que a Fran le gustaba Malena, todos lo sabíamos. Él si tuvo el valor de decirlo, incluso a Matías. 

Diría que fue incomodo estar ahí con él pero mentiría, no lo fue. Fran era mi amigo y siempre lo sería. incluso en momentos como estos sabía que siempre podría confiar en él. Fue claro al hablar: "Malena me rechazó y fue por vos. Pienso hacerme atrás si vos vas a avanzar. Si no, voy a seguir intentando".

Me quedé en blanco. Llegué con el temor de una amenaza que jamás se formuló y ahora estoy aquí, con la felicidad confundida de no saber que hacer. ¿Por qué no podía ser como Fran? Tan despreocupado y arriesgado. Él no conocía el miedo.

—¿Querés mi galletita? —le ofrezco, burlón— No creo que pueda comer más, ya me llené de insultos.

Ambos reímos, olvidando por un segundo la odisea en la que nuestros propios sentimiento nos habían sumergido. Como si fuéramos dos adolescentes, pero ahí estaba el punto. Ya no lo éramos.

—¿Sabes? Nunca me habían rechazado antes —confiesa—. Voy a estar en negación por un rato más.

—No me puedo creer que te haya rechazado —mentiroso.

—Hazte el boludo —se ríe amargamente—. Todos sabemos que le gustas vos.

Si, necesitaba escucharlo de boca de alguien más para saber que no eran solo los delirios de un desequilibrado siendo arrastrado cincuenta metros bajo tierra por el enamoramiento que ansiaba, fuera correspondido.

No estaba demente. Estaba enamorado.

Busqué el reflejo de un reloj. Eran las dos y treinta de la mañana. No podía perder más tiempo, iba a morir si seguía observándola desde la lejanía de una separación que solo me arrancaba la tranquilidad.

No hubo saludo y tampoco despedida. Fran lo sabía y yo también.

No estaba lejos así que no se me hizo difícil ir corriendo, como si solo pudiera estar tranquilo sabiendo que la velocidad de mis pasos me llevarían a ella. No quería un taxi, quería buscarla por mis propios medios, quería esforzarme para luego no arrepentirme.

Mis pensamientos me abordaron en el camino. Tres en especifico: Un colectivo en Montevideo, un museo en París y dos asientos de avión. Los recordaba a la perfección, pero la verdad es que jamás los había olvidado. ¿Cómo podría olvidar a la chica que siempre veía obras de teatro en su viaje? ¿Cómo podría olvidar ese vestido amarillo tan llamativo en medio de la ola neutral de un museo? ¿Cómo podría olvidar ese miedo a la muerte y esa desesperación por ser salvada?

Estaba abrumado por todas en las veces en las que Malena había aparecido y desaparecido tan repentinamente de mi vida que, la última vez que la vi, no me aferré a ella. No la quería cerca porque estaba cansado de su ausencia repentina. Ausencia que ahora había desaparecido por que ella estaba aquí.

Abrí la reja y apenas puse un pie en el patio, la vi. Sus cortinas no estaban completamente cerradas, había un pequeño espacio que me daba una mínima visión, justo lo que necesitaba en ese momento.

Estaba despierta, sentada en su cama con la cámara entre las manos. No se veía feliz y eso me hizo pensar que, quizás, solo quizás, era culpa mía. Pero yo también estaba confundido. La besé hace dos semanas. Lo hice, tomé él valor y ella solo me rechazó. No pregunté porque, estaba lo suficientemente enojado para hacerlo así que solo asumí que tenía sentimientos por Fran. Ahora sabía que no era así.

Ella no me vio así que entré sin más. Fui directamente al mesón, todo estaba tal y como lo había dejado. Su comida seguía ahí, intacta. ¿No se lo comió por qué sabia que fui yo el que lo compró? ¿Por qué no se lo comió? Ella ama las papas fritas.

Me acerqué pensando llevárselas pero ya no servían, estaban frías. ¿Debía cocinarle algo fresco? ¿Lo iba a aceptar? Giré y el reloj marcaba las tres de la mañana. No iba a comer a esta hora y lo más probable era que se durmiera antes de yo terminara de cocinar, así que fui a mi última opción. Eso que no rechazaría jamás: un mate.

¿Cómo se prepara un mate? Nunca me gustaron así que no estaba interesado en saber como se preparan. ¿Qué tan difícil podía ser?

Desbloqueé mi teléfono y fui directo a YouTube: "Cómo preparar un mate". 

Vi varios videos antes de intentar hacerlo, luego, finalmente me sentía lo suficientemente capacitado así que lo hice. Le preparé un mate a Malena.

Estuve a punto de llevárselo cuando mis ojos, en un extraño reflejo automático, se posaron en el espejo que siempre me había parecido invisible, pero que ahora era más notorio que nunca.

Ella estaba ahí. Mi Malena. A quien siempre le había pertenecido.

🎀 Me pareció bonito contarlo desde la perspectiva de Enzo también, para que queden claras unas cosillas, las veo un rato lindotas 🎀

No se olviden de darle estrellita :p

TIK TOK: @just_attenea (subo videos del fic allá)