𝐸𝒮 | Malena Recalt. Si, la hermana de Matías Recalt, nunca creyó que una visita a su hermano podria convertirse en el detonante de todas esas emociones que no sintió en dieciocho año, o al menos no con tanta intensidad.
Lo que no contaba era tener...
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Eso significa no verte
Fuck mi mala suerteTengo que aprender a soltar
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La fragilidad en la que mi corazón siempre había estado envuelto, nunca fue tan notoria como en este momento. Esa fragilidad que me orillaría a morir por el hombre que tenía frente a mí. Ahí estaba, impidiéndome mantener mi orgullo intacto por más herida que estuviera.
Ningún dolor era tan punzante como ver al hombre de mi vida llorando de rodillas frente a mí.
Yo estaba inmóvil, inmersa entre la duda de si unas lágrimas arreglaban eso que él había roto. Bailando en una cuerda floja sostenida por un "te amo" que apenas hoy pude escuchar.
Mi vida aguardaba detrás de nosotros en cajas de cartón que pronto volarían lejos, insignificantes como una disculpa no dicha o no escuchada, un corazón hecho trizas y una despedida que ansiaba, nunca llegara. ¿Eso tenía algo de insignificante? ¿O solo era yo tratando de que no doliera tanto?
El silencio parece extinto cuando las confesiones de Enzo salen a la luz:
—Tenía miedo —¿otra vez?— Todo me asusta cuando se trata de vos.
Sus manos alrededor de mi cintura y su rostro escondido en mi abdomen, hacen que de alguna forma esa conexión entre nosotros se vuelva mucho más notoria. Que su miedo sea mío y mi seguridad sea suya.
—¿Huir era la mejor opción? —pregunto.
Él levanta ligeramente la cabeza, dejándome ver su rostro húmedo y sus ojos enrojecidos—. No. Pero creí que estarías mejor así.
Nunca creí que encontraría la peor referencia de dolor en algo que no era mío. Malena, 2054.
—¿Y vos como ibas a estar? —me alejo ligeramente de él— ¿Eso también era lo mejor para vos o solo creíste que lo sería para mí?
—No importo yo, mi amor, mi estabilidad está con vos.
Su demonios se convierten en mis propias pesadillas y aunque mi alma anhela volver a encontrarse con la suya, la ausencia de una disculpa pesa como un silencio que llena la habitación. La necesidad de comprender sus miedos se mezcla con el anhelo de escuchar las palabras que aún no han salido de sus labios. En este delicado equilibrio entre el amor incondicional y la espera de redención, me encuentro enfrentando una guerra de la que, en cualquier circunstancia, el vencedor será mi amor por él.
—No decidas por mí. Nunca —mis piernas fallan. Ambos estamos de rodillas ahora.
La dulce rendición se siente como un premio para ese amor que nos rodea, pero para nosotros es un castigo, el peor de todos los castigos.
Sus ojos me ruegan esa que su boca no dice. Él nunca dice nada.
—No me perdones —la contrariedad de lo que ansiaba escuchar, es notoria incluso para él—. Solo vuelve a amarme.
Las lagrimas se forman en mis ojos y ahora están ansiosas de escapar. ¿Volver a amarlo? ¿Dejé de amarlo en algún momento? ¿Dejaría de amarlo en algún momento? Las dudas me asfixian y las respuestas, ahora claras, salvan mi vida.
—No he dejado de amarte —digo con claridad—. Pero necesito perdonarte y saber que no volverás a huir.
Esperaba palabras simples. Algo tan común como un "perdón". Pero nada era común con Enzo, y ahí radicaba mi amor por él.
—No lo haré. Mi vida se siente vacía si no te tengo cerca. Eres mi luz, y cuando apago esa luz con mis acciones, todo se vuelve oscuro —toma mis manos en las suyas—. No quiero eso. Quiero que estemos bien. ¿Puedes perdonarme?
Mi orgullo se extingue por completo mientras mi alma corre a encontrarse con la suya. Ahora entrelazadas por una eternidad y luego de esa, cien más.
—¿Sabes que me voy a ir? —aclaro antes de ceder.
—¿Sabes que el hilo rojo nunca se rompe?
Como un reflejo inevitable, mis brazos buscan sentir el calor de su cuerpo con escases de distancia al mio.
Su alma y la mía se entrelazaron. Bailaron, bailaron, bailaron, con una hermosa canción, ellas bailaron. Incluso cuando la música de detuvo porque estuvimos distanciados, ellas seguían bailando porque sabíamos que volveríamos a estar juntos. Ellas bailaron, incluso cuando nuestras lagrimas intentaron ahogarlas, porque sabían que nadaríamos y nos abrazaríamos. Ellas bailaron, incluso cuando la música comenzaba a apagarse por que los dos estábamos soltándonos, ellas aún tenían esperanza. Bailaron porque, ¿por que iban a parar? Los dos aún estábamos ahi, pero un día, la música se detuvo por completo.
ᴼᵐⁿⁱˢᶜⁱᵉⁿᵗᵉ
El tiempo era la mierda más cruel del mundo.
A vísperas de una lejanía que aunque presumían, sería invisible, ambos estaban conscientes de que no lo sería. Luchando por encontrar formas de conllevarlo en un futuro, se olvidaban de que el presente era más importante.
No había tiempo. Nunca hubo.
¿Conocen la leyenda del hilo rojo? ¿La conoce completa?
En las creencias más arraigadas, se sostiene que las almas gemelas están conectadas por un hilo rojo invisible, tejido por el destino.
Este hilo, meticulosamente entrelazado en el vasto telar cósmico, vincula a dos personas destinadas a encontrarse. Sin embargo, se dice que este hilo rojo es invulnerable a las distancias físicas y los obstáculos temporales; solo la muerte tiene el poder de cortar esta conexión etérea.
De esta manera, la leyenda del hilo rojo se convierte en un recordatorio poético de la persistencia del amor más allá de las barreras terrenales, confiando en la inmortalidad de los lazos del alma.
¿Les sigue pareciendo una historia de amor?
Esto nunca fue una historia de amor.
Todos los hilos se rompen. Todas las flechas caen. Todos los amores se olvidan.
Excepto esos que vistieron de blanco.
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🎀 ¡Bonita noche! Acabo de publicar el inicio de "Plegarias" es con Matías y será post-Eternal Souls, léanlo, gracias 🎀
