17

30.5K 3.8K 3.4K
                                    

⚛︎ | ⚛︎

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⚛︎ | ⚛︎

—¿Dónde está?

En el momento en que Matías cruzó la puerta, supe que estaba a punto de conocer el infierno. Las dos horas pasadas fueron angustiantes, perdí la cuenta de todas las veces en las que oí la puerta abrirse pero al final solo era mi paranoia. Pero ahora ya no era eso, ahora era real.

Mierda, mierda, mierda, mierda.

—Matías, habla conmigo antes —me acerqué a él pero mi ignoró por completo—. ¿Podés escucharme?

—¿Dónde está Enzo, Malena? —vuelve a preguntar.

—Es conmigo con quien debes hablar —finalmente, corresponde mi mirada—. Yo soy tu hermana.

—Voy a hablar con vos luego —me hace a un lado—. ¿Dónde está ese mentiroso hijo de puta?

No respondo pero no vuelve a preguntarme. Avanza por el pequeño pasillo de la puerta principal y finalmente desaparece en la sala. Empiezo a escuchar sus reclamos pero mis oídos optan por hacerse sordos y  mis piernas me traicionan al no querer avanzar.

¿Qué derecho tenía él de reclamarme cuando su novia le lleva la misma edad que Enzo a mi?

Avancé con rapidez y un grito ahogado salió al mi al ver la escena que tenía enfrente: Matías empujando a Enzo y a nada de irse a los golpes.

¡Te lo pregunté gil de mierda! —volvió a gritarle.

Matías calmate, la estás asustando —Enzo no suena alterado ni nada. Más bien está preocupado por lo que yo pudiera estar sintiendo.

Matías gira y no se ve molesto conmigo, pero si con Enzo. ¿Por qué solo con él si yo también acepté? Me siento culpable en ese instante por ser la causante de su disputa, porque ellos son amigos y los amigos no pelean, no así.

—Anda a tu cuarto, Malena —ordena pero yo niego—. Esto no se trata de vos, andate.

Niego—. No.

—Male —llevo mis ojos a Enzo y solo nos observamos en silencio. Él niega con la cabeza y yo no  quiero irme, pero finalmente cedo.

 Empiezo a caminar pero antes de irme, hablo—: Matías, ya no tengo diez años.

No espero respuesta y cruzo la puerta, como si de una barrera que divide dos mundos se tratara. Los nervios me carcomen al solo escuchar reclamos fuertes de Matías pero ni una sola palabra de parte de Enzo. ¿Qué iba a pasar ahora? Matías de ninguna forma iba a aceptarlo, lo conocía demasiado bien para saberlo. Entonces, ¿Qué quedaba? ¿Salir con Enzo cuando el no lo viera?

Pasan alrededor de cuarenta minutos cuando los gritos cesan. Nunca escuché nada por parte de Enzo. ¿Por qué no se defendía?

Mis pensamientos se nublan cuando la puerta de mi cuarto de abre con rudeza. Matías está ahí, tiene la cara roja por el coraje y la mandíbula apretada. Solo hacía eso cuando realmente estaba molesto.

𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐒𝐨𝐮𝐥𝐬 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora