XIII

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Una alegre canción resuena en la oficina estación de radio que ambos overlords comparten, dándo un ambiente bastante alegre, mientras transmiten su programa, como normalmente hacen.

Después de una hora y media, el programa termina, y ambos amigos se quedan platicando entre ellos.

-Ah, hey, Alastor. Ya fijaron fecha y hora exacta de la reunión.

El mencionado gira los ojos

- Siendo honesto, no entiendo tu necesidad de que yo asista a esa reunión, amigo mío. No he asistido a ninguna en las últimas décadas, ¿por qué empezar ahora?

Vox parece meditar su respuesta, algo que le parece sospechoso a Alastor.

- No hay una razón en específico, amigo. Ya estás demasiado paranoico -ríe algo nervioso -. Simplemente, casi siempre hablan de cosas bastante relevantes. Considero que deberías enterarte.

El ciervo ladea la cabeza con confusión.

- Si lo consideras de tanta importancia, ¿por qué no me los comunicas tú?

La pantalla se queda sin palabras, ya exasperado.

- Bien, bien, te diré la verdad -la sonrisa de Alastor se amplia con complacencia -. Hay una nueva overlord, una que trae cosas muy interesantes en los medios de comunicación.

- Vox...

- ¡Espera! ¡espera! Antes de que digas algo, sí, ya sé que dije lo mismo con Valentino, y que no te agradó para nada.

- Sigue sin agradarme -Alastor aparece su bastón y lo aprieta, conteniendo su furia.

- Lo sé, pero ella es diferente. Ella viene de una nueva era, una muy diferente a la tuya y a la mía.

Un suspiro molesto sale del ciervo, silenciando cualquier intento de Vox para tentarlo de nuevo.

Alastor se levanta de su silla de locución, para luego dirigirse lentamente a la puerta de salida.

- Aún asistiré a la reunión, amigo mío -dice, sorprendiendo a Vox -, por respeto a nuestra amistad. Pero no esperes una respuesta positiva a tu propuesta.

Vox se levanta algo ilusionado.

- ¡Sí! Está bien. Déjame presentartela, te aseguro que cambiarás de opinión.

Y con eso, Alastor se retira del lugar, dejando a Vox en la soledad de la oficina de locución.

Entre las sombras, Lucifer se burla de Vox en silencio. El gobernante del infierno tenía curiosidad sobre la amistad tan peculiar entre ambos pecadores de la comunicación, así que decidió seguirlos, terminando muy satisfecho con el resultado.

¿Una reunión de overlords? ¿Pronto? Ésto será muy divertido.
Piensa, para luego marcharse del lugar en forma de sombra.

[...]

- Lucifer -dice Alastor seriamente, azotando un papel en el escritorio.

Después de tanto tiempo, se volvían a encontrar en la oficina de trabajo del demonio radio.

- Dime -responde con una sonrisa.

- ¿Por qué no me diste toda la información? Sí eres tan amable de decirme.

Un escalofrío recorre la espalda de Lucifer, sintiendose algo intimidado por el tono de voz que Alastor utiliza al hablar.

¿A qué se refiere?

- No sé de qué hablas, Alastor.

El pecador no parece feliz con su respuesta, negando lentamente.

- ¿En serio? -acerca el papel que acababa de arrojar para poder leerlo bien- Me dijiste que tu relación con tu esposa estaba bien, que no había ningún problema. -Lucifer asiente- ¿Por qué no me dijiste que ella te había pedido el divorcio tan solo un par de días antes?

La respiración de Lucifer parece detenerse de la impresión.

¿Cómo fue que se enteró de eso?

- Responde, Lucifer.

- ¿Cómo te enteraste? -dice todavía impresionado.

- Responde -dice lentamente, resaltando cada sílaba de la palabra.

El rey se muerde el labio inferior, nervioso por la pregunta, y tal vez, algo enojado.

- Porqué fue algo que arreglamos después, no pasó a mayores. Se arregló hablando -su voz parece más molesta -. Y, a todo esto, ¿qué tiene que ver?

Alastor tan solo señala la hoja entre sus manos con la mirada, extendiendola a Lucifer.

Cuando el rey la toma no puede creer su contenido.
Es la foto de una nota, una con un mensaje escrito.

"Sobre aviso no hay engaño"

Es lo que dice la nota.

Lucifer puede reconocer perfectamente la letra de su amada, ¿cómo olvidar la letra de quién respondía cada una de tus cartas de amor cuando estaban en el Edén? Y todavía, Lucifer le daba una cada mes, tan solo para recordarle lo mucho que la ama.

¿A qué se supone que se refiere con eso? ¿Significa que ella iba a irse sin importar qué nos divorciaramos o no?

- ¿De dónde la sacaste esto? -su voz sale con más autoridad de lo que hubiera deseado.

El ceño del pecador de frunce.

¿Y por qué se enoja conmigo?

- No es de importancia.

- Alastor, ¡¿de dónde la sacaste?! -Se acerca peligrosamente.

Aunque Alastor se mantiene firme, tiene que aguantar el impulso de dar un par de pasos hacia atrás por el repentino arranque de ira del rey.

Pero, al contrario, Lucifer se no muestra ni un asomo de duda en su mirada de odio. ¿Odio hacia quién? ¿Lilith o Alastor? No sabría definirlo en éste momento.

- Lucifer, no... -el rubio toma el escritorio de Alastor y lo arroja violentamente tras de él, deshaciéndose de lo único que los separaba.

Ahora, el rey mantiene a Alastor agarrado del cuello, y con ayuda de su verdadera forma demoníaca, lo ahorca con fuerza, clavando sus uñas bajo su piel.

- Constéstame.

¿Y cómo quieres que te conteste si no puedo ni respirar bien?

El pecador solo le limita a toser un par de veces, mientras, con ayuda de un par de sus sombras, trata de alejar a Lucifer.

Dios, ya sé que dije que quería ver más su lado agresivo pero no esperaba que lo tomaras literal.

- Me puse en contacto con...un viejo deudor...él me mostró los últimos momentos...de Lilith, antes de desaparecer.

Gotas de sangre escapan de entre los dedos de Lucifer, que siguen clavados con odio en la piel de quien considera su amigo.

Tarda en procesar la información, y hasta que lo hace, deja caer fuertemente a Alastor, sin notar todavía su estado.

- No vuelvas a intentar ocultarme algo, Alastor. Soy el puto rey del infierno, no me puedes mentir.

El pecador le dirige una mirada de odio y resentimiento, mientras acaricia su cuello.

- Sí, majestad.

Él lo sabe todo - AppleRadioWhere stories live. Discover now