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"ANGEL DUST"

Las cosas por aquí ya no son para nada seguras.

Quien sabe que habrá hecho la princesita del infierno para que el exterminio se adelantara medio año. La loca maniática de Vagina se está volviendo loca emocionalmente porque no sabe cómo regularse. Niffty está cómo maniática corriendo de un lado a otro y quién sabe por qué.

Probablemente el único cuerdo en este establecimiento es el gato borracho del bar. ¡Y es un gato borracho!

—Hola, guapo. –Tomo asiento frente a la barra en la que él trabaja.

—Métete un cohete por el culo. –Bebe directamente de la botella de... no tengo ni puta idea de que sea.

Igual, que me mande a la mierda o que sea un adicto al alcohol no me va a detener de ligármelo. Siento que puedo crear un gran fetiche con esas dos alas que tiene, y que diversión jugar con su cola. Si lo acaricio y le doy mimos, ¿ronroneará?

—No me seduzcas de esa manera que me voy a venir antes de empezar. –Le sonrío sínicamente.

Gira los ojos con molestia y da un fuerte suspiro mientras me da la espalda.

Es divertido molestarlo, porque sé que él no me ofrecería ir a una habitación para luego torturarme con sus raros fetiches, porque Charlie no nos deja usar las habitaciones que no son nuestras.

—¿Me das un...? –Me extiende la bebida que normalmente pido. Mierda. ¿De verdad soy así de predecible? —Gracias, gatito. –Le doy un guiño y le doy un sorbo a mi bebida— Oye, ¿qué mierdas está pasando con todos aquí? Todos se ven muy inestables emocionalmente.

—¿Seguro que no hablas de ti mismo? –Me responde sin voltearme a ver,

Uy. ¿Qué te desayunaste? ¿Verga de payaso?

—Alguien amaneció muy bromista el día de hoy –digo con burla—. No estoy hablando de mí, idiota ignorante. Yo ni siquiera tengo inestabilidad emocional.

No tarda en darse la vuelta y mirarme con una mueca.

¿Por qué me miras cómo si te hubiera pedido que me tradujeras la letra de un doctor?

—Estoy demasiado borracho para discutir de esto contigo –dice en un suspiro y vuelve a darme la espalda.

—De todos modos, no hay momento en el que no estes borracho –digo ya harto de su indiferencia—. Si tú no me dices, buscaré a alguien que sí.

Me levanto de la silla, dejando la bebida más arriba de la mitad y sin importarme si la terminé o no.

Estoy harto de este lugar. Del infierno en general.

—Me sorprendería que lo lograras, en especial tú.

¿Quién te hizo tanto daño para que te estés peleando con una estrella porno que seguramente es dos siglos menor que tú?
No me sorprendería de verdad serlo con la edad que tu mentalidad aparenta.

Sigo caminando hasta llegar a la parte de arriba del hotel, con la intención de encerrarme en mi cuarto y dormir un par de horas. Es inevitable, si no me duermo entonces comenzaré a comer demasiado, eso me va a deprimir y voy a buscar mi droga, la cual sospecho que Charlie ya se deshizo de la que estaba en los lugares más obvios de mi habitación.

Esa niña piensa que no sé qué ella y su noviecita entran a mi cuarto a tirar mi droga. Pobres ilusas. ¿Cada cuánto creen ellas que reviso mis suministros?

—Agh. Puta vida.

Tendré que ir a conseguir más luego, pero la verdad no tengo ganas ahora.

Tengo mucha hambre, pero por más que como no puedo llenarme. Antes me llenaba después del segundo plato, y ahora el quinto ni siquiera está cerca de dejarme satisfecho. Todo el tiempo tengo sueño. Y después de dos horas de comer el estómago de duele horriblemente, además de la cabeza.

Él lo sabe todo - AppleRadioWhere stories live. Discover now