Parte sin título 2

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Lo imaginaba bajo los cerezos, se imaginaba que eran amantes, sentados tomados de la mano, siempre su fantasía llegaba sólo hasta ese punto, no había nada que lo alegrara más que estar junto a él, sólo sosteniendo su mano.

Yoshida: si sólo fuera realidad - dijo susurrando, casi sin pensarlo, al darse cuenta miró a su alrededor en busca de algún testigo, nadie, "debo ser mas cuidadoso", pensó.

Tomó su lápiz, retomó su dibujo, estaba en la mitad de un manga cuyo protagonista, misteriosamente, se parecía a Tanaka, aunque tenía pequeñas, muy pequeñas diferencias, totalmente calculadas para que no fuera obvio. Tanaka juega baloncesto, pero en el manga juega fútbol, no podía ser tan descarado de que practicara el mismo deporte.

Yoshida: listo por hoy - sonrió al ver el resultado.

Tres viñetas dibujadas, marcó los lugares donde debía ennegrecer, guardó meticulosamente sus lápices y el resto de sus pertenencias.

"¿Y si paso por el gimnasio a echar un vistazo?... No, mejor no, aunque será sólo un momento, quiero verlo en su uniforme deportivo".

Partió resoluto, aunque muy nervioso, cerca del gimnasio se escuchaba el rechinar de las zapatillas, los gritos "pásamela a mí", "acá, estoy libre". Se acercó con sigilo a la puerta, entró como un gato y se sentó en el suelo, en una esquina. Miraba con anhelo a su amor platónico, el cual se robaba el protagonismo, no aguantó, sacó su block, trazó unas cuantas líneas, se levantó y se retiró de la misma forma en que había entrado.

"Es tan ágil, su pelo con transpiración, la camiseta pegada al cuerpo lo hace lucir lindo"... "Me alegra el día verlo"... "Mañana lo veré de nuevo, ya quiero que sea mañana" - pensaba mientras iba por su bicicleta -.

Agachado quitando el candado, que mucha gente se preguntaba para qué le ponía candado si nadie se querría robar tal artefacto, pero para él era uno de sus tesoros, era su instrumento de trabajo, ya que reparte diarios en las mañanas, aunque en esta preparatoria está prohibido para los estudiantes trabajar, suspiró desde el alma.

"Que horrible darme cuenta de que soy gay y enamorarme de uno de los más populares de primer año, para peor, mi compañero de clase, es la primera vez que siento atracción por alguien, pensar que creía que era anormal o que el amor eran cosas inventadas".

Su amor, es puro, él no sabe lo que sigue luego de un beso, en realidad lo sabe pero no lo visualiza, siempre pensó que eso era algo asqueroso, vergonzoso y de mal gusto, aunque le gusta mucho Tanaka no se imagina el sexo con él. Cada vez que vio alguna película donde salen esas escenas en vez de excitarse siente asco y reprime cualquier necesidad biológica, su mente es fuerte, sus pensamientos lo han ayudado a ser el mejor alumno de su clase y ha estar entre los tres primeros de su año en la preparatoria, tiene la convicción de que ganará una beca para poder estudiar porque para su familia, que consiste sólo en su madre, es imposible costear una carrera en la universidad.

El recorrido de la preparatoria a su casa demora 30 minutos, sólo 30 minutos ya que tiene una buena condición física por repartir diarios y viajar todos los días.

Al llegar al pequeño departamento, guarda su bicicleta en el pasillo del segundo piso, con su respectivo candado, la vecina lo saluda siempre al llegar.

Vecina: hola Yoshida kun, ¿cómo estuvo tu día? - dijo con una sonrisa sincera -.

Yoshida: bien Miyazaki san, ¿y para Ud..?.

Vecina: bien, como siempre, todos los días igual, mis huesos duelen, la edad está haciendo sus estragos, debo afrontarlo con dignidad - sonrió mostrando los pocos dientes que le quedan.

Miyazaki una viuda, de alrededor de 90 años, casi sin pelo en su cabeza, pero siempre bien arreglada, con los labios pintados, y rubor en las mejillas, adoraba al pequeño Yoshida, sus hijos la abandonaron, o mejor dicho, la olvidaron, le mandan dinero, la llaman de vez en cuando al teléfono que le regalaron (de última generación, una pérdida de dinero según ella), pero no le entregan el afecto que ella necesita, por lo que vuelca todo ese deseo de cariño en su pequeño vecino que parece un animalito a sus ojos.

Vecina: pasa, la cena está servida.

Yoshida: gracias, disculpe la intromisión - el olor a comida lo invadió -.

Cenaron gyudon, le pidió ver sus dibujos, los alabó como siempre y se despidieron. Yoshida se retiró a estudiar, ya es rutina, todos los días repasa lo que estudiaron durante el día, con los libros complementa los apuntes tomados en clases, su pensamiento y creencia de que lo logrará lo hacen fuerte y disciplinado. A las 11:30, se baña y se acuesta a dormir.

A las cinco de la mañana se levanta, toma un desayuno frugal, se viste con una camiseta y polerón para trabajar, lleva otra polera y su chaqueta en una bolsa amarrada a la bicicleta, comienza su rutina de repartir diarios, siempre conversa con el que le entrega el paquete de diarios, es un buen hombre, algunos días está fumando, le dice que es porque está estresado. Termina el recorrido, debe ir a la preparatoria, llega temprano, va al baño del primer piso, se limpia con una pequeña toalla y se cambia de ropa, sale a dejar sus pertenencias en el casillero de los zapatos.


Por siempre juntos cachorro (yaoi)Where stories live. Discover now