Parte sin título 57

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Al mes Yoshida comía, bajo la supervisión estricta de la enfermera de turno... Le sacaron algunos cables, todos los días lo visitaba un psiquiatra y un sicólogo, le recetaron, lamotrigina, clonazepam, quetiapina, risperidona, andaba totalmente ido, pero su ánimo cambiaba lentamente, habían atisbos de mejoría...

Tanaka: hola cachorro, hoy te traje rosas - las depositó en el florero -.

Yoshida: hola Tanaka san - se sonrojó -.

Tanaka: aún te sonrojas conmigo... - lo besó en los labios -, eras jodidamente adorable.

Yoshida: perdón por todo - dijo susurrando -.

Tanaka: tú no debes pedir perdón, es al revés amor, yo te pido perdón por no darme cuenta antes de que te amo.

Yoshida: yo también te amo Tanaka san - "¿será verdad o sólo lo dice para que me recupere?... Soy asqueroso y aún así está acá". Pensaba con suspicacia -.

Tanaka: ¿y por qué tienes esa carita? - apretujó las mejillas, se arrepintió aún era un rostro huesudo, pero lo dejó sujeto, levantó su carita y lo volvió a besar con ternura, con cuidado, con extrema aprehensión, podía desaparecer, podía esfumarse de sus manos -, no lo olvides te amo y no te dejaré ir nunca más...

Yoshida: no me dejes nunca más - Tanaka sintió un cuchillo caliente en el corazón -.

Tanaka: nunca, te lo juro por mi vida. 

Luego de otro mes fue dado de alta del hospital no así de la terapia sicológica, todas las semanas dos sesiones eran la regla, hubo problemas para ver con qué familia de acogida se quedaba, los padres de Tanaka pelearon para quedarse con él, los psiquiatras los recomendaron ya que el personaje en disputa siempre habló maravillas de ellos, la madre de Tanaka, muy zorra, llevó el dibujo que él había hecho como prueba de la imagen que tenía de su familia, los sicólogos y psiquiatras quedaron encantados con ellos, además fueron los que lo ayudaron, lo salvaron, el menor de los enamorados estaba fascinado con la idea, "lo tendré siempre a mi lado", no así la madre catalogada de desnaturalizada que sufría su propio infierno de arrepentimiento.

Tanaka: ¿quieres que coloque el futón? O ¿prefieres dormir conmigo?.

Yoshida: contigo...

Tanaka lo abrazaba todas las noches, olfateaba su cabello, se sector preferido era detrás de su oreja, lo acariciaba, obviamente se excitaba pero no quería forzarlo, aún estaba débil, Yoshida sentía cómo el miembro de su amado crecía, recordaba el día de pasión, el único que han tenido, quería complacerlo, quería volver a sentir pero las pastillas lo adormecían y se perdía en el sueño.

El paciente repitió el año por inasistencia, el otro por notas, pero daba lo mismo, estaban juntos, ¿no?.

Al cuarto mes del incidente, Yoshida exhibía un cuerpo normal, delgado pero dentro de lo relativamente saludable.

Acostados como era habitual, Yoshida no se tomó los remedios de la noche, estaba ansioso por complacer a su amado, el castaño lo abrazó, el mayor de los amantes le tomó la mano y la bajó hasta su miembro, Tanaka estaba dubitativo, pero su instinto siempre fue más fuerte, deslizó la mano bajo el pijama, acariciando el miembro lentamente hasta que estuvo erecto, el manoseado gemía bajo, suave, "mmmh... Mmmh... Mmmh...", el miembro de su amante creció a su máxima expresión, bajó el pantalón...

Tanaka: aprieta tus muslos - introdujo su pene entremedio de ellos, con ritmo parsimonioso comenzó a rozarse -.

Con su mano seguía acariciando el pene de su amado, comenzó a gemir también, no les importaba que escucharan, no era relevante. "Ah, Cachorro... Ah... Extrañaba tus gemidos, son tan eróticos", como era habitual desde su vientre se inició la desesperación, quería más, deslizó su mano hacia los pezones del pequeño, rozándolos, apretándolos mientras que su pene resbaladizo entraba y salía de los muslos de su amante, besó su nuca, mordió su cuello, gemía con cada roce, Yoshida quería que lo tocara quería ser comido como lo fue aquel día, sus entrañas lo exigían, se da vuelta y besa desenfrenadamente a un sorprendido Tanaka, los movimientos de sus bocas eran rápido con desesperación, como si el mundo acabara pronto, sus lenguas se masajeaban, "cachorro te quiero comer vivo, eres mío sólo mío de nadie más", jadeaban constantemente, su respiración acelerada, gotas de sudor cubrían sus cuerpos, rozaban sus miembros apretados por la mano del otrora sorprendido que la subía y bajaba con celeridad...

Tanaka: cachorro delicioso, te amo... ¡Ah!, ¡ah!, quiero más... ¿Puedo?.

Yoshida: yo también - dijo sugerente lo que echó bencina al fuego de Tanaka -.

Este mojó su dedo con saliva para luego acariciar el ano del pequeño, poco a poco lo fue metiendo, girándolo al interior, buscando el lugar exacto, Yoshida gimió extasiado, movía sus caderas, no lo podía evitar, "quiero más...", otro dedo se introdujo, entrando y saliendo, girando dentro...

Yoshida: ¡ahhh Tanaka creo que voy a explotar"...

Tanaka: "Aún no cachorro"...

Metió el tercero, dilató suficientemente la entrada, sacó su mano e introdujo su miembro que ansiaba esa humedad con la que se encontró, no fue delicado, no podía, sus entrañas no lo dejaron, con cada embestida sentía un placer sublime, aceleró su movimiento, jadeaba en el oído de su amado, con las manos sujetaba las caderas del penetrado, éste ayudaba con el vaivén moviendo sus caderas hacia atrás, con sus manos se sujetaba del colchón, las apretaba como si se le fuera la vida en ello...

Yoshida: aaaaaaaaaaahhhh.

El semen salió cual volcán en erupción, ondas de placer lo recorrieron, sus contracciones anales apretaron el miembro del embestidor, desatando el orgasmo de este...

Tanaka: cachorrooooooo - dijo al irse, cuando se masturbaba siempre era mejor nombrándolo -.

Acarició el pelo de su amor, besó su nuca...

Tanaka: te amo, te amo tanto...

Yoshida: yo igual...

Se besaron tiernamente, sus lenguas se acariciaban con delicadeza...

Tanaka: voy a buscar papel higiénico para limpiarte...

El receptor se sonrojó...

Cada noche saciaban su hambre del otro, Yoshida seguía en terapia, mentía no se tomaba ni la quetiapina ni la risperidona, tenía un montón escondida, no podía tomárselas porque no podría cumplir con sus deseos...

Tanaka cada día que pasaba leía escondido el cuaderno de su cachorro, se autoflagelaba, "debo estar siempre con él jamás dejarlo solo, es mío de nadie más sólo mío, es mi responsabilidad, él es mi vida, nadie me lo puede quitar, nadie... Jamás estará solo, siempre estaremos juntos, no lo dejaré escapar nunca más, no lo abandonaré, es mío", su obsesión comenzaba a volverse patológica, si Yoshida se le perdía de vista su corazón se desbocada y sentía pánico, sólo recuperaba la serenidad al volverlo a ver... "¿Dónde estás, no te veo, dónde te has metido?..."

Tanaka: cachorro siempre me tienes que avisar dónde vas a ir.

Yoshida: entendido - respondió como un dócil perrito faldero -.

Volvieron a clases, al repetir todos sus compañeros eran nuevos...

Tanaka: no te alejes de mí - le tomó la mano delante de todos -.

Yoshida: Tanaka san nos están mirando mucho.

Tanaka: no me importa, está bien, todo estará bien - sonrió dulcemente al mirarlo, "eres mío y de nadie más, todos ustedes manga de inútiles quiero que sepan que él es mi cachorro, aléjense" -.

Por siempre juntos cachorro (yaoi)Where stories live. Discover now