3. Nunca contradigas a Alex.

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Canción en multimedia: Evanescence - My Heart is Broken

Cuando vi esta casa por primera vez, me pareció enorme, una mansión en realidad. Podría llamársele así. Pensé por un momento que las personas que vivieran en ella eran felices, dichosas, ricas. Tenían todo lo que querían y necesitaban. Si no tenían algo, simplemente tenían que chasquear los dedos y lo que desearan llegaría a ellos. Pero es aquí cuando aquel dicho que dice «No todo se puede comprar con dinero» aplica.

En el mundo hay muchos niños y adultos sufriendo por hambre, por no tener un techo donde resguardarse ni un lugar para dormir. Otras personas, como los Russell, sufren por circunstancias completamente diferentes. Mientras que los niños pobres sufren por no tener con que vivir correctamente, los Russell, sufren por no tener unidad. Por estar marcados, dañados, quebrados. Porque en realidad, no pueden cuidar de sí mismos.

Sufren por no tener momentos en familia. Entonces me doy cuenta de que en este mundo las personas que sufren se pueden clasificar en dos tipos: aquellas que sufren por la necesidad física, y aquellos que sufren por la necesidad emocional.

Unos necesitan comida, alimento y un hogar. Otros, simplemente necesitan amor.

Existen quienes necesitan ambas cosas.

—Haz lo que puedas por él —dice Alice mirándome con ojos tristes mientras Poochi ladra a nuestros pies. Con tan solo ver la puerta frente a mí, siento como el entorno se comienza a transformar en algo frío y lúgubre.

Alice pone una llave en mi mano.

— ¿Y esto?

—La llave de la habitación de Alex. A veces suele ponerle seguro. En el cuarto hay un pequeño baño. Esa llave lo abre también.

Me quedo mirando la llave fijamente como si fuera la clave para entrar a una dimensión desconocida. De hecho es así como funciona esto. ¿En qué me estoy metiendo? ¿Hasta dónde estoy dispuesta a llegar por ver un libro escrito por mí vendiéndose en las librerías? Por otro lado, los escritores somos como los actores. Aprendemos de nuestras vivencias. Así como un actor que protagonizará un papel de un vendedor se convierte en uno para vivir la experiencia y aprender de ella; un escritor aprende de sus vivencias y de sus aventuras para profundizar más en las emociones y para crear nuevas situaciones en sus libros.

Ya veo por qué se dice que los escritores están locos. ¡Soy una loca al hacer esto!

Respiro profundo. Todo sea por mi libro, ¿verdad?

— ¿Estás lista? —me pregunta. No puedo sentirme más nerviosa. Bien, puedo hacer esto. Estoy a punto de entrar a un mundo muy alejado del mío. Un mundo lleno de caos y desesperación, pero estoy lista.

¿Qué tan malo puede ser?

—Sí.

La mujer toma la perilla de la puerta, y lentamente la gira. Lo hace tan lentamente que me dan ganas de agarrarla y girarla yo.

—Oh, tiene seguro —concluye tras unos instantes, y siento que voy a explotar. ¡Oh, vamos! ¿Es en serio?

—Yo lo haré —declaro finalmente, e introduzco la llave en la cerradura. Finalmente esta cede, y giro la perilla rápidamente hasta abrir la puerta —. Ahí está, no es necesario tanto misterio.

Ella traga grueso. La observo, confundida, mientras intento descifrar el porqué de su inseguridad. Guardando la llave en mi bolsillo, miro hacia el interior de la habitación que acabo de abrir. Es mucho más pequeña que la mía, y todo está a oscuras debido a que las cortinas están abajo. En la pequeña cama individual, veo a un hombre acostado de lado mientras nos da la espalda, y adentrándome un poco en el interior analizo la habitación en busca de información. Las paredes están pintadas de un color blanco, sin un solo poster en ellas. Todo está debidamente ordenado, y cualquiera que viera esta habitación diría que es para invitados.

Corazón de papelWhere stories live. Discover now