10: Cerca de Ella

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—Oh... sí, claro—dijo un poco sonrojada.

— ¿Y tú? —le pregunté.

— ¿Yo qué? —dijo distraída.

— ¿Que si estabas entusiasmada por salir conmigo hoy?

De inmediato noté que la puse nerviosa y sonreí gloriosamente sintiéndome yo de nuevo, el Jake que ponía a las chicas nerviosas, no el Jake que se ponía nervioso por una chica.

—Yo, eh... esteee... es decir....—dijo nerviosa y balbuceando.

Qué linda.

—Creo que eso responde por ti.
Tengo un punto a mi favor—festejé.

—Eso lo veremos—dijo como retándome, haciendo una confesión, me fascinaban los retos y nunca perderlos.

—Ahh... retadora la niña, ¿eh? —le di una sonrisa torcida.

— ¿A quién llamas "niña", Anderson? —dijo y me dio un pellizco en el brazo.

— ¡Oye! Eso dolió—le dije devolviéndole el pellizco, entonces empezamos a carcajearnos.

Pronto llegamos a la plaza y busqué estacionamiento para la camioneta, en cuanto lo estacioné salí y fui a abrirle la puerta a Ally lo cual me agradeció (¿Qué? Hacer eso era de caballeros y yo, fuera como fuera lo era; además esto me daba más seguridad de que Ally volviera a salir conmigo).

Caminamos hacia la plaza y entramos.

— ¿Te gustan los bolos? —le pregunté.

—Soy pésima—dijo mirándome.

—Tranquila, yo te ayudo—le aseguré.

Levantó una ceja.

—Ok...

Después entramos a los bolos, pedimos los zapatos para jugar, fuimos por sodas y papas fritas y escogimos una mesa para sentarnos un rato.

—Creo que no nos conocemos mucho así que cuéntame sobre ti, tus planes para el futuro, y cosas así... quiero saber quién eres, Ally Summers—propusé.

Torció la nariz, pensativa.

—Bueno... pues... yo hago teatro. Me quiero mudar a Nueva York al graduarme de la preparatoria.

Me sorprendí y emocioné a la vez.

— ¡¿Bromeas?! Yo igual—dije feliz.

— ¡No lo creo! —dijo sorprendida igual.

— ¿Qué planeas allá?

—Básicamente abrirme camino en Broadway, desde que era pequeña me enamoré del concepto del teatro musical, enviaré solicitudes a Julliard, a la NYU y la Academia Americana de Artes Dramáticas, y bueno... veremos... papá no esta muy convencido de ello pero lo haré a mi manera.

Era la primera vez que mencionaba a su padre y creo que eso no la hacia muy feliz así que descarté la idea de preguntarle sobre él.

—Entonces sabes cantar—asintió y miró hacia el suelo apenada... amé eso—. Canta un poco.

—No ¿Bromeas?

—Por favor, sino te insistiré y ya sabes lo enfadoso que puedo ser al insistir—rogué y ella suspiró.

—Bien—entonces se acomodó, se quedó callada unos segundos como pensando y empezó a cantar:

I'm nothing special, in fact I'm a bit of a bore
If I tell a joke, you've probably heard it before
But I have a talent, a wonderful thing
Cause everyone listens when I start to sing
I'm so grateful and proud
All I want is to sing it out loud

So I say
Thank you for the music, the songs I'm singing
Thanks for all the joy they're bringing
Who can live without it, I ask in all honesty
What would life be?
Without a song or a dance what are we?
So I say thank you for the music
For giving it to me

Se encogió de hombros  y se tocó las mejillas enrojecidas.

—Wow... eres genial—dije aplaudiendo—. La harás dondequiera que vayas—aún no se quitó las manos del rostro.

— ¿En serio?

—En serio.

Rió contenta.

—Bueno... y tú ¿Qué planeas en la Gran Manzana? —dijo.

—Pues... me gusta el programa de football de los Leones de Columbia, aún no estoy seguro, veremos. Tú y yo podríamos ser vecinos.

—Sí—me dijo sonriendo.

Después de eso, hablamos de nosotros, de nuestras familias, ella me contó de la separación de sus padres después de que naciera su hermano Luke y lo mucho que le dolió aunque lo entendía, yo le conté de mis tres hermanos pero hice más referencia a Jay.

—... nos peleamos casi todo el tiempo pero ¿sabes? No hay nada que no haría por ese niño.

—Eso habla muy bien de ti, seguro ese niño te idolatra.

—Es mi mejor amigo, además de Alex...

Nos quedamos callados por unos momentos y después me puse de pie para jugar.

—Vamos, damas primero—dije extendiéndole la mano.

— ¿Qué? ¡no! Tú primero, ya te dije lo mala que soy en esto.

—Prueba una vez, tendrás otra oportunidad si fallas y en esa te ayudaré.

—Bien—dijo no muy convencida— ¿Sabes? Eres muy mandón a veces—me reí mientras ella tomaba una bola de bolos, pero no tuvo mucho equilibro, se tambaleó y la atrapé—Esta cosa es pesada, por cierto: te odio—le di una enorme sonrisa y ella movió su cabeza para jugar, después tiró pero no le dio a ningun pino y me volvió a ver—. ¿Contento? Te dije que soy horrible en esto.

—Ey... tranquila, ven—dudó al principio pero después se posicionó junto a mí.

Tranquilo amigo resiste, es la primera cita...

La ayude paso a paso. Esta vez dio chuza y los dos nos emocionamos.

— ¡Dios! ¡Lo hice! —exclamó— ¡Lo hice! —celebré con ella y me abrazó, la cargué.

Al momento de bajarla la miré, tan hermosa... nos miramos, ella intentó alejar la mirada pero sostuve su barbilla para poder besarla al no poder resistir la tentación.

Me sentí infinito, en la completa definición de la palabra. No sabía que algo así podía sentirse. La volví a mirar cuando nos separamos y sonreímos. 

Miró al suelo mordiéndose el labio.

Amaba que lo hiciera.

—Creo... creo que es tu turno—dijo regresándome a la realidad.

—Oh sí... sí... yo solo...

¡Dios!

Me sentí tan torpe....

Ella se paró junto a mí e intenté concentrarme en mi tiro. Di chuza.

Al resto de la cita no hablamos del beso pero pasamos un tiempo increíble juntos, al menos hasta donde sabía, yo sí.

Al notar la noción del tiempo vimos que ya era tiempo de llevarla a casa, no quería, quería seguir estando con ella. Antes de irnos intercambiamos números ya que no lo habíamos hecho y nos tomamos una foto juntos.

Después salimos de la plaza.

Just A Little Bit Of Your Heart [•Nick Robinson•] [EN EDICIÓN] Onde histórias criam vida. Descubra agora