Just A Little Bit Of Your Heart [•Nick Robinson•] [EN EDICIÓN]

49: Otra Confesión de Papá

|•Ally•|

Han pasado seis meses desde que Jake y yo nos reconciliamos y las cosas no podrían ir mejor entre los dos. Siendo sincera, debo decir que no fue muy fácil al principio porque Drew aún no estaba muy convencido de confiar en Jake después de todo; papá, aunque no estaba muy al tanto de lo que sucedió, gracias a mi exagerado hermano mayor, también dudó en confiar en Jake, pero mi novio les ha demostrado con el tiempo lo mucho que me ama.

En cuanto a la familia de Jake, mis suegros me adoraban, lo cual, por parte de la madre de Jake, aún se me hacía muy extraño porque no empezamos con el pie derecho nuestra relación, ahora me alegraba mucho que podía llevarme de maravilla con ella al punto de estar en su casa casi todo el tiempo, cocinar con ella y hasta acompañarla a hacer compras; en cuanto a los hermanos de Jake, me llevo genial con ellos, a Jay le encantaba que siempre lo dejara molestar a Jake y que lo defendiera y Freddie y Ben amaban que jugara con ellos; sus abuelos también me querían y su abuelo siempre me hacía sonrojarme por sus comentarios de "buena elección, Jake" o "es bonita Jake, mis bisnietos serán guapos".

Y hablando de los bisnietos del abuelo de Jake... ahora Jake y yo ya pensábamos más maduramente y no nos dejábamos llevar tanto por nuestras hormonas, si lo hacíamos nos cuidábamos porque no queríamos que otra personita llegara a nuestras vidas, al menos no por ahora que nuestro futuro estaba a un paso de distancia.

Jake estaba siendo buscado por muchas universidades por su gran potencial y talento, de hecho ahora mismo iba a ser entrevistado por la universidad de Boston; me alegraba que fuera muy solicitado por tantas universidades y que lo buscaran tanto pero el que tuviera muchas ofertas también me preocupaba porque si decidía no ir a Nueva York conmigo, nos separaríamos; cierto que nos amábamos pero la distancia era un enemigo muy fuerte y la mayoría de las relaciones a distancia no funcionaban muy bien. Había otro problema, y eso tenía que ver conmigo: estaba muy preocupada por mi futuro y las solicitudes que mandé a la Academia Americana de Artes Dramáticas, a la NYU, a TISCH, e inclusive a Julliard, pero me angustiaba no ser aceptada en ninguna porque de ser así ¿qué pasaría conmigo y todos mis sueños y el futuro que quería? ¿Debería aun así aventarme e ir a Nueva York? Eso me ponía muy nerviosa.

Deseaba más tiempo. Jake me decía que no me preocupara, que todo iría bien pero no estaba del todo segura.

— ¿En qué piensas, hija? —preguntó papá sacándome de mis pensamientos mientras él conducía.

Yo venía de copiloto y Luke iba atrás, estábamos yendo al apartamento de papá donde Drew nos esperaba porque tal parecía que papá quería hablar con nosotros. Odiaba que papá mantuviera tanto misterio porque la última vez que hizo eso me enteré de que tenía otro hermano.

—En nada papá, solo en las escuela, tú sabes...

— ¿Todo bien?

—Sipi—respondí aún pensativa y viendo por la ventana.

El resto del camino estuvimos callados escuchando el cd de Tears For Fears de papá. Cuando llegamos al edificio subimos por el ascensor y cuando llegamos, entramos al apartamento donde Drew estaba esperando en la sala viendo una película.

—Ey... hola—dijo y se paró a recibirnos, primero llegó a abrazarme a mí con entusiasmo levantándome un poco—. Hermanita, te extrañé.

—Yo a ti, torpe—le dije cuando me bajó, acto seguido recibió a Luke en sus brazos.

—Campeón, a ti también te extrañé.

Tras los saludos me decidí a pedir que la incertidumbre terminase.

—Bien papá. Dinos ¿qué pasa? No me gusta que te andes con misterios—le dije.

—Bueno, siéntense y les platico, pero no se preocupen, no es nada malo, lo prometo.

Fruncí un poco el ceño mientras nos sentábamos y prestábamos atención a papá, que buscaba la manera de empezar a hablar, lo veía un poco nervioso.

—Hijos, ustedes saben que después de Samara no encontré a nadie—empezó a decirnos mientras lo escuchábamos atentos y yo empezaba a especular—. No había salido con nadie pero eso cambió hace unos meses, porque he estado saliendo con una mujer.

Y los cuatro nos quedamos callados por pocos segundos digiriendo la noticia, una muy buena noticia.

— ¿Qué? ¡Papá, eso es fantástico! —le dije y sostuve su mano.

Estaba muy feliz de que papá por fin hubiera encontrado a alguien que lo hiciera feliz porque sabía que el divorciarse de mamá le había afectado mucho y creí que sus heridas no sanarían.

—Bueno pa, y cuéntanos ¿Cómo se llama? ¿Dónde la conociste? —preguntó Drew igual de impresionado que yo.

—Se llama Renée y la conocí en una reunión del trabajo, fue a trabajar a la empresa unos días, y llegó a una junta de repente. Al conocerla congeniámos de inmediato y empezamos a salir. Hijos, no saben... es encantadora. Ahora todo va muy serio, creo que gracias a ella creo de nuevo en el matrimonio.

—Wow... papá—dije sorprendida—¿Quieres decir que las cosas van tan bien con ella que ya piensas hasta en casarte con ella?

Mi padre asintió sonriendo, vaya... creo que esa mujer sí le gustaba sino que era mucho más que eso.

—Le hablé de ustedes y quiere conocerlos. Hoy mismo la conocerán, iremos a almorzar con ella y su hijo.

— ¿Hijo? —preguntó Drew.

—Sí, ella es viuda, su hijo tiene 22 años, está estudiando aquí, me parece que es un muy buen muchacho, responsable y honesto. Creo que te llevarás bien con él Ally, me agrada más que otra persona...

Torcí los ojos, sabía que era una indirecta hacia mi relación con Jake.

—Papá... no le haré caso a tus indirectas. Ya pasaron seis meses, por Dios...

—Sí... ya... perdón...—yo sabía que no lo sentía y lo fulminé con la mirada.

—Además, no estamos hablando de Jake, ¡estamos hablando de que al fin tienes novia!

Papá asintió.

Me sentí un poco rara de saber que hoy mismo conoceríamos a esa mujer, pero era importante para papá. Sería difícil asimilar esto, la mujer tenía un hijo y este sería un gran cambio en nuestras vidas.

— ¿Y a qué hora iremos? Tengo hambre—preguntó Luke, lo conocía y sabía que no le agradó mucho lo que dijo papá sobre considerar casarse con su novia porque estaba sumergido aún en la clásica idea de la madrastra malvada.

—La veremos como en una media hora.

—Bueno.

Veinte minutos más tarde salimos del apartamento y fuimos a un restaurante que estaba cerca del apartamento.

En cuanto entramos al restaurante caminamos y papá buscó con la mirada a la tal Renée.

— ¡Cielo! —exclamó una voz femenina.

Tanto papá como nosotros dirigimos la mirada hacia donde provenía la voz.

— ¡Mi amor, ahí estas! —dijo papá acercándose a una mujer de cabello castaño rizado y corto, la mujer lo recibió con los brazos abiertos y un beso y después nos miró mientras seguía abrazada de papá con una mano en su pecho.

Yo la conocía.

¡Santo Dios! ¡Yo la conocía!

Mi primer encuentro con esta mujer no había sido el mejor, solo la recordaba insultándome mientras yo nerviosa no sabía cómo reaccionar.

Si ella estaba aquí eso significaba que...

¡Oh no!