5. El cementerio II

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Capitulo cinco

El cementerio II

Por la segunda vez en la noche, Ares se rie abiertamente. No se lo que le parece tan divertido porque no estoy bromeando pero no me quejo, el sonido de su risa es maravilloso.

Cuando para de reír me mira meneando su cabeza, —Estas loca, ¿Porque me enamoraría de ti? Ni siquiera eres mi tipo.

—Eso ya lo veremos,—le guiño un ojo —Y tal vez este loca pero mi determinación es impresionante.

—Eso puedo verlo— se da la vuelta y vuelve a la tumba donde estaba sentado antes.

Tratando de calmar la tensión entre nosotros, hablo, —¿Por que viniste aquí a estas horas?

—Es tranquilo y solitario.

—¿Te gusta estar solo?

Ares me lanza una mirada, poniendo otro cigarrillo entre esos labios rojos que me gustaría probar —Digamos que si.

Me doy cuento de lo poco que se de Ares, a pesar de haberlo acosado por tanto tiempo.

—¿Porque sigues aquí?— su pregunta me ofende, ¿A caso quiere que me vaya?

—Me da miedo devolverme sola.

—Estas mas a salvo en ese bosque oscuro que aquí conmigo.

—¿Que quieres decir?

Exhala el humo del cigarro, —No te hagas la inocente, Raquel.

—De verdad, no se que quieres decir.

Ares toca el punto a su lado antes de hablar, —Ven, sientate a mi lado, no me tengas miedo porque según esta situación tan bizarra yo debería ser el que estuviera asustado, pequeña acosadora.

Trago grueso, sonrojándome, pero obedezco como una marioneta. Me siento a su lado, y el sigue fumando.

Estamos en silencio un rato, no puedo creer que le haya dicho todas esas cosas a Ares. Un escalofrío me atraviesa y tiemblo un poco, ya es de noche, y a pesar de estar oscuro puedo ver claramente. La luna ya se abrió paso entre las nubes negras, iluminando el cementerio, no es la vista mas romántica del mundo pero estar al lado de Ares lo hace perfecto. .

Echo un vistazo a su perfil y sus ojos están en el horizonte, Dios, es tan hermoso. Como si sintiendo mi mirada, Ares se voltea hacia a mi.

—¿Que?

—Nada.— digo apresuradamente y aparto la mirada.

—Te gusta leer, ¿no?— su pregunta me agarra desprevenida.

—Si, ¿Como lo sabes?

—Tu computadora tenia mucha información, ni leyendo tu diario hubiera sabido tanto de ti.

—Aun no te has disculpado por hackear mi compu.

El se rie por lo bajo, —Ni lo haré.

—Violaste leyes federales al hacer eso, lo sabes, ¿no?

—Y tu violaste como tres al acosarme, sabes eso, también, ¿no?

—Buen punto.

Mi teléfono repica y lo contesto rápidamente, es Dani, —Tu madre esta preguntándome a que hora llegas a casa.

—Dile que ya voy en camino.

—¿Donde diablos estas? Se que la practica de fútbol termino hace mucho rato.

—Estoy...— le lanzo una mirada a Ares y el simplemente me da una sonrisa picara, —en la panadería, me antoje de una dona.

Una dona muy atractiva.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Where stories live. Discover now