19. El mensaje

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Capitulo diecinueve

Apolo Hidalgo

Me encanta nadar.

Me distrae y la sensación de flotar en el agua me hace sentir como si estuviera volando, el piso de la piscina siendo la tierra lejana.

Después de nadar y cambiarme, camino dentro de la casa secándome el pelo con una toalla, el aire acondicionado me da frio pero lo ignoro, solo tengo que llegar a mi cuarto.

En mi camino paso por el cuarto de juegos y me pregunto si Ares aun estará jugando, no quiero que se vuelva mejor que yo en ese juego. Estoy a punto de entrar cuando escucho los gemidos. Mi mano se congela a mitad de camino.

Escalofríos me invaden al escuchar los claros gemidos de una chica. Sorprendido me alejo de la puerta, me encuentro a Claudia en el pasillo.

—No sabía que Samy había venido.

Claudia me da una sonrisa de boca cerrada, —No es Samy.

—¿Y entonces quién es?— Ares no traería a una de sus chicas de una noche a su cuarto de juegos, solo Samy ha estado ahí.

Claudia suspira, —Creo que es la hija de la vecina de atrás.

Mis ojos casi saltan fuera de mi cara, —¿Raquel?

—Si, esa misma.

—Oh mierda... esto no me lo esperaba, pensé que se odiaban.

Claudia me sonríe, —A veces la atracción se disfraza de odio.

Estoy sin palabras, Raquel es tan tierna e inocente y Ares es tan... pues, el.

¿Cómo llegaron a eso?

Claudia camina conmigo a la cocina, —¿Quieres un sándwich de jamón?

Le doy el puño para chocarlo con ella, —Ya sabes lo que me gusta.

Claudia se ríe, —Eres muy fácil de complacer.

—A puesto a que lo es— Artemis aparece en la puerta de la cocina, congelándonos. Su sola presencia mata cualquier tipo de buena vibra que tengamos, —¿Te pagamos para hablar o para trabajar, Claudia?

Dejo salir un suspiro de cansancio, —Déjala tranquila, Artemis, no empieces.

El solo se queda parado ahí observándonos, Claudia me prepara el sándwich y lo pone sobre la mesa. Con la cabeza baja sale de la cocina. Noto como Artemis sigue cada movimiento que ella hace y como le mira el trasero cuando ella sale.

A caso...

—¡Oh mierda! ¡Te gusta!

Artemis frunce el ceño, —¿De qué hablas?

—Te gusta Claudia— lo acuso, observando su reacción con cuidado. 

—Te cayó mal nadar tanto hoy.

¿Por qué me estoy enojando? Hablo entre dientes, —Entonces, ¿Por qué no lo estas negando?

Artemis me da una mirada asesina, —No tengo que negar estupideces.

Y con eso se va y yo lo persigo, esta conversación no ha terminado. 

Vamos por el medio de la sala cuando Raquel sale del pasillo del cuarto de juegos, estrellándose contra Claudia. Su pelo está hecho un desastre y lágrimas cubren sus ojos, ella va tan en su propio mundo que ni siquiera nos nota a Artemis y a mí. Sale de la casa, dando un portazo.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Where stories live. Discover now