32. La pregunta

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Capitulo XXXII

Esto es incomodo.

Para mi, comer siempre ha sido algo intimo y personal. Así que, hacerlo frente a todos estos chicos a los que apenas conozco y delante del chico que amo no se siente exactamente cómodo. Me siento presionada y calculo cada movimiento que hago por simple que sea.

¿Estoy masticando bien? ¿No tengo nada en la cara cierto?

Trato de relajarme, pero como puedo hacerlo? Ares esta sentado a mi lado, tan cerca que su brazo roza con el mio y del otro lado tengo a Marco. Luis y Gregory están frente a nosotros y la chica a un lado de la mesa.

Y por supuesto, se me ocurrió la maravillosa idea de ordenar un filete termino medio. No he podido cortar un pedazo porque cada vez que lo apuñalo, pequeñas chispas de su jugo saltan de mi plato, lo menos que quiero es salpicar a Ares o a Marco.

Trago y me lamo los labios, ¿Por que tuve que ordenar esto? ¿Por qué?

Relájate, Raquel. Solo hazlo con delicadeza.

Me le quedo mirando al filete con unas ganas de devorarlo y la impotencia de no poder hacerlo me hace torcer los labios.

Unas manos fuertes aparecen en mi campo de visión y las sigo para encontrar a Marco inclinado sobre mi, su cara esta demasiado cerca así que me vuelvo a enfocar en sus manos, las cuales se mueven agilmente con mi tenedor y cuchillo cortando el filete en cuestión de segundos en pedazos.

–Come– me ordena cuando termina de cortarlo y se inclina hacia atrás en su silla, sus ojos sobre mi.

Tenerlo así de cerca en plena luz del día me deja ver con detalle lo lindo que es, –Gracias.

Bajo la mirada y procedo a comer, soy la única que no ha terminado.

El lugar esta lleno, Ares tenia razón, mucha gente viene aquí sin importarles su atuendo, he visto tres chicas descalzas con sus zapatos colgando en sus manos. Este lugar es el ideal para las personas que han estado de fiesta toda la noche. Y yo ni siquiera sabia que existía.

Cuando ya hemos terminados y recogen los platos, siento curiosidad por un pequeño balcón que tiene el restaurante. Mucha gente esta allá fuera observando la vista. Para ser honesta, siento la necesidad de huir. Ares sigue hablando con la morena sobre la escuela, Luis esta al teléfono y Gregory esta hablando con Marco.

Y yo sola.

Decido ir a explorar el balcón, me levanto y todos los ojos se posan sobre, incluyendo los de Ares, –Quiero observar la vista– le digo señalando el balcón y el solo asiente.

En mi libertad, gozo la hermosa vista de nuestra pequeña ciudad desde aquí. Poso mis manos sobre la baranda, y respiro profundamente. La brisa de la mañana roza mi piel deliciosamente. Hay varias personas aquí afuera pero yo estoy en mi propio mundo.

Como han cambiado las cosas en tan poco tiempo, apenas ha pasado un mes desde aquella noche que discutí con Ares sobre mi clave de Wi-fi. Un mes fue suficiente para que mi obsesión con el se transformara en amor, para perder mi virginidad, para llorar por el y olvidar mi dignidad tantas veces, para terminar aquí desayunando con el y sus amigos.

Una parte de mi esta feliz porque Ares ha demostrado un poco mas de interés y amabilidad conmigo pero eso no quiere decir que aun no este asustada, mis sentimientos por el me hacen vulnerable y se que Ares es volátil. Se lo hiriente y frió que puede ser y las personas no cambian de la noche a la manana, así que estoy esperando por el golpe por así decirlo.

Alguien aparece a mi lado y echo un vistazo para confirmar que es Marco. El no dice nada, solo se queda ahí, mirando al frente, luciendo perdido en la extraña belleza de nuestra ciudad.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora