Capítulo 10: Propósito

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"Los propósitos que persigas que sean egoístas, no te llevarán más allá que a ti mismo; pero los fines que sirvas que sean para todos en común, te llevarán a la eternidad."

Frase de: "Marcus Garvey" (1887-1940)

Sora paso unos días más en EE. UU., y tras arreglar otros detalles referentes a sus empresas en norte américa, se dispuso a regresar a Rusia, no sin antes saludar a su amiga Layla, Yuri y a Yuri jr., sin decirle nada respecto a su idea, pues todo indicaba que el hijo de Layla había decidido tomar otro rumbo compitiendo para los Estados Unidos. Tras saludarles, ella llamo a Rosetta para recordarle que esperaría a su hija en quince días para comenzar todo lo referente a sus entrenamientos.

Mientras tanto en Rusia, Ekaterina continuaba practicando en su gimnasio particular bastante amplio y bien equipado, ubicado en el interior de su residencia a lado de su padre quien, a sabiendas de lo que Sora iba a hacer, optó por ayudar a su hija en lo que su madre volvía a Moscú.

― ¡Ekaterina, no quiero que te distraigas, estás muy lenta e insegura! ¡En todos estos días que tu madre ha estado fuera y hemos entrenado, no veo en ti seguridad o ganas de hacerlo bien! ¿Qué te pasa?

― ¡No es eso padre! Lo que pasa es que entrenar contigo es muy complicado, pues tu nivel está muy por encima del que posee Nadia; yo pensé que su entrenamiento era algo bastante complicado, pero ahora que he estado contigo veo que no se compara en lo absoluto a lo que ella me daba, pues tu nivel no tiene comparación.

―Eso no es pretexto hija, evidentemente mi nivel es diferente, no quiero ser o pecar de arrogancia, pero la falsa modestia tampoco me agrada. En efecto mi nivel es diferente, no creas que el sobrenombre de los zares del escenario lo ganamos sólo por ser caras bonitas o caerle bien a algunas personas; nosotros luchamos segundo a segundo, minuto a minuto o año tras año con gran esfuerzo, sufrimiento y dedicación. Esto no es un juego pequeña, si de verdad quieres ser parte de nuestro mundo, necesitas entregar el ciento veinte por ciento y mucho más, pues si tú crees que mi entrenamiento es difícil, no tienes ni la más mínima idea de lo que vivirás con tu madre. Mi intención no es asustarte, pero con tu madre literalmente quebraras tu cuerpo y tu espíritu se sentirá humillado. No obstante, de superar todo eso, te convertirás en una persona diferente. Créeme, Nadia te enseño muy bien y eso lo sé, porque yo mismo lo estoy viendo; pero ella se limitó a darte un entrenamiento base, sólo para aclimatar tu cuerpo a sabiendas de lo que vendría para ti. Y yo de hecho ahora mismo únicamente hago lo necesario para que tu cuerpo siga en ritmo, pero todo lo demás depende de ti y de tu firmeza, que soportes a tu madre y que desde el inicio des todo de ti en los entrenamientos.

―Yo mire su técnica 'Okasan' aquella vez en Kaleido y algunos videos muy cortos de sus actuaciones, de verdad me impresiono, pero nunca he visto algún video de sus entrenamientos, aunque fuera sólo un minuto. Me gustaría saber o mejor dicho, ver un poco de sus entrenamientos previos.

Maksim sonrió, tomó a su hija por los hombros y le dijo que le acompañara a su estudio. Ekaterina accedió y ambos se dirigieron a dicho lugar.

Ya dentro de aquel sitio, el cual era realmente amplio, cubierto con mármol del más fino en color plateado, lleno de fotografías, pinturas, trofeos; condecoraciones y todo tipo de reconocimientos referentes a los 'zares' del escenario. Maksim le dijo a su hija que tomará asiento en un bello sofá color carmesí, el cual se encontraba en el centro de la habitación, acomodado justo frente a una enorme pantalla de alta definición. El padre de Ekaterina colocó una tarjeta USB., en dicha pantalla y comenzó a mostrarle algunos videos que Gabrielle filmo muchos años atrás, cuando él y Sora participaron en el Festival Internacional de Francia, momento en el cual Sora recién había contratado a Gabrielle y donde presentaron las "Ruinas de Atenas". Pero Maksim no le mostró videos de la competencia en sí, sino de su última práctica, cuando él y Sora pidieron al viejo Alan les prestara su gimnasio de entrenamientos. En ese instante Katya observó cómo su madre reñía a Maksim para que no tuviera miedo, igualmente escuchaba como Gabrielle le decía a Sora que no hiciera algo como eso, y a su vez esta última le gritaba que se limitara a grabar el entrenamiento y no se preocupara por cosas que a ella no le competían. Ekaterina miro todo a detalle sin prácticamente poder parpadear; para ella era difícil creer que su madre, estando en prácticas, fuese tan entregada. Pero cuando le toco ver la parte donde Sora ejecutaba su técnica completa sin importar que se tratara de un entrenamiento, fue realmente impactante para aquella jovencita inexperta en la materia.
Pasaron todas las escenas una tras otra, el rostro de Ekaterina se mantenía incrédulo, su boca estaba seca y su cuerpo comenzó a sudar frio de forma inconsciente.

Kaleido Star: El resplandor de una estrellaWhere stories live. Discover now