Capítulo 46: Prodigiosos Retos

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—¡Qué sorpresa verte por estos rumbos querida Katya! —Dijo Nastia, quien poco a poco iba acercándose a Yekaterina.

—He venido porque ya es tiempo de probar nuestras habilidades. Muchos dicen que ahora eres la mejor y eso debemos comprobarlo hoy mismo.

—La gente dice muchas cosas, mas no lo he hecho yo; no obstante, si tu deseo es probar tus habilidades contra mí, que así sea. Supongo que vamos a competir en nuestra prueba reina, el trapecio y estoy lista en cuanto tú lo decidas.

Katya accedió y Yelena inmediatamente ordenó que todos los acróbatas, staff, intendentes y en general todo mundo, saliera del gimnasio quedando únicamente Katya, Nastia y Lena —la madre de Nastia—, en el recinto.

Anastasia le dijo a Katya que fuera ella la que empezará con su acto y la hija de Sora accedió al instante respetando que Nastia estaba prácticamente en su hogar. Fue ahí que ella inició su presentación. Los trapecios de aquel gimnasio eran simplemente hermosos, había alrededor de cincuenta columpios con una altura aproximada a los sesenta metros para poder ejecutar cualquier tipo de técnicas; todos estaban formados en diferentes direcciones como si formaran un enorme cometa.
Yekaterina dio un gran salto desde el centro de la pista para comenzar su actuación y así sucedió. Ella comenzó a ejecutar múltiples técnicas combinadas, todas con un grado de dificultad sin precedentes; giros por decenas, mortales, danzas y coreografías que dejaban embelesado a cualquiera. Ella se columpiaba de un trapecio a otro con gran soltura y armonía; subía y bajaba de los trapecios a la pista como si fuera cualquier cosa demostrando un nivel oculto tan grande que las actuaciones de Lyosha y Tanya quedaba cortas. Verdaderamente era perfecta en todo su ser.

—Hija, ella es realmente suprema—dijo Lena.

—Lo es madre, por algo es la hija de la 'Zarina'. Me está gustando todo lo que estoy viendo. Con técnicas de esa categoría mientras nosotras estemos en la selección rusa jamás perderemos una batalla.

Katya continuaba sus evoluciones, combinaciones e improvisaciones brutales y sin margen de error. Se notaba que estaba a punto de llegar al clímax final porque sus giros eran cada vez más rápidos; ella hizo varios giros como bailarina de ballet hasta descender y caer en el centro de la pista.

—¡Hurra Yekaterina Maksimova! ¡Bravo! Ha sido una actuación impresionante—dijo Nastia mientras aplaudía a la hija de Sora.

—Mi hija tiene razón. Has conseguido crear movimientos portentosos y perfectos. Tu nivel ahora es muy alto.

—Es tu turno de mostrarme tus habilidades Nastia. Yo te he enseñado todo lo que sé en mi más alto nivel, ahora sigues tú.

—Con gusto Katya. Madre, por respeto a Yekaterina creo que he de quitarme mi pants de entrenamiento, así como lo hizo ella.

—Es lo justo hija.

En ese momento Anastasia se quitó parte por parte su pants deportivo y se quedó únicamente con un leotardo de entrenamiento el cual dejaba al descubierto sus piernas y brazos.
Yekaterina abrió los ojos de par en par con gran asombro al mirar que tanto las piernas como los brazos de Nastia tenían varias cicatrices, todas verdaderamente notables, y a las cuales Anastasia le había agregado maquillaje y adornos bellos para que no se notaran tanto y parecieran más que cicatrices, tatuajes decorativos; pero la realidad es que eran marcas de los entrenamientos que llevó a cabo junto a Bianca y Daniel por órdenes de Sora.
En ese instante Nastia dobló su ropa deportiva y la llevó a una gruesa y fuerte mesa metálica que se encontraba colocada al fondo de aquel enorme gimnasio. Tras dejarlas en ese lugar, Katya notó que dicha mesa se cimbró y no pudiendo con la curiosidad, preguntó:

Kaleido Star: El resplandor de una estrellaWhere stories live. Discover now