Capítulo 18: La hora de la verdad

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Transcurrieron cuatro semanas desde que Alexia llegó a Rusia. En ese lapso de tiempo ambas jovencitas asistían con regularidad a la escuela y entrenaban por las tardes en el gimnasio de las 'Estrellas de Moscú' bajo las enseñanzas de Sora. Para ese entonces Yuri Hamilton ya había llegado a Rusia pero decidió no ir con su maestra, sino tomar clases personales con Nadia; él tomó esa decisión al darse cuenta que no tenía la capacidad suficiente como para ser nuevamente entrenado por Sora y sintió que la persona más indicada para entrenarlo era Nadia, quien sin pensarlo dos veces aceptó ser entrenadora particular de Yuri, el cual no deseaba entrenar en general con todos, sino por su cuenta para concentrarse mejor y aprender de forma más adecuada sin ninguna distracción.

Mientras eso pasaba en aquel país, en los Estados Unidos, Gerard había llegado para arreglar toda la documentación pertinente y poder formar parte del equipo Norteamericano; él viajo con su madre, quien no lo dejaba solo y siempre velaba por que todo estuviera en regla respecto a sus contratos, en pocas palabras, fungía como su representante.

De regreso en Rusia, específicamente en el instituto 'Lomonosovskaya', Katya y Lyosha andaban de un lugar a otro siempre juntas pues todo eso era parte de su entrenamiento. Las otras chicas las miraban de fea forma, siempre con envidia y recelo pues ambas chicas eran bastante apartadas de la mayoría y evidentemente su belleza era, por mucho, mayor a la de las otras alumnas o al menos a las que se sentían las mejores. En ese preciso momento, cuando ambas caminaban por uno de los pasillos, algo fuera de lugar estaba por ocurrir pues otro par de alumnas estaban molestando a una jovencita cuyo rostro era angelical, piel sumamente blanca, ojos grises, cabello largo hasta la cintura en color rubio y de aproximadamente la misma edad que Alexia, quince años, no más.

—Vamos a ver qué ocurre en ese lugar Katya.

Tras decir eso, ambas chicas se acercaron y observaron como las otras dos se rehusaban a entregarle su mochila a aquella joven, además de su Tablet.

— ¡Regrésenme mis cosas!—dijo sollozando la jovencita.

—Si tanto las quieres debes quitárnoslas— dijo una de las jóvenes.

— ¡Ya basta, dejen de hacer estupideces!—exclamó Ekaterina.

— ¡No te metas en lo que no te importa!— dijo la otra chica cuyo nombre era Antonina, mujer robusta y mal encarada—. Tú regresa a tus asuntos con tu noviecita recién llegada y déjanos en paz.

—Antonina, déjamela a mí—dijo la otra mujer que igualmente era robusta y bajita; su nombre era Galina—. ¡A esta estúpida ya la tenía en la mira desde hace mucho pues no me gusta su prepotencia!

En cuanto dijo eso, la joven Galina, le dio una tremenda bofetada a la hija de Sora, quien no pudo reaccionar a tiempo y ante el golpe cayó sentada bruscamente. En ese momento Alexia, quien sólo observaba, cambio su semblante y sin pensarlo dos veces saltó y dio una tremenda patada en la espalda de aquella mujer que había golpeado a Ekaterina.

— ¡Ya es suficiente! ¡Detesto a las personas como ustedes que se pasan lastimando a los indefensos a causa de su deleznable bullyng! ¡Mientras yo esté presente no permitiré que eso ocurra!

Antonina vio cómo su amiga caía de bruces y de inmediato intentó golpear a Lyosha olvidándose por un instante de la otra jovencita a la que estaban molestando. Cuando iba a golpear a Alex, Katya sin pensarlo tomó su pesada mochila y se la aventó a aquella chica golpeándola en la nuca y dejándola tumbada en el piso; lo que provocó la risa de todos los presentes pues Antonina quedó boca abajo y con su falda escolar por arriba de la cintura dejando ver su ropa interior. En ese momento llegó Svetlana Safoskina, quien fungía como profesora en esa institución y esto sucedió:

Kaleido Star: El resplandor de una estrellaWhere stories live. Discover now