Capítulo 23: La hora a llegado

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Los días transcurrieron sin mayor problema y tanto Ekaterina, así como Alexia, continuaban sus vidas tranquilamente asistiendo a la escuela; ambas se habían vuelto bastante populares en su institución pues sus personalidades habían cambiado mucho y sus compañeros, principalmente hombres, no podían evitar sentirse atraídos por ellas, pero también jovencitas pues en esos días otros miembros se unieron al grupo de Katya, Lyosha y Tanya. Todo caminaba perfectamente pues las tres habían formado, sin quererlo, un grupo selecto y llamativo al cual todos los alumnos deseaban acercarse, ya que, como se mencionó hace un momento, dos chicos más se habían unido al grupo de esas tres jovencitas y eran nada menos que Yuri Yurievich Killian y Ruslan Yevgenevich Safoskin, quienes estaban en esa misma escuela. La presencia de esos cinco adolescentes imponía respeto, puesto que, en verdad marcaban la diferencia.

—Yuri, es interesante ver que hayas decidido venir con nosotros, no sólo a esta escuela, sino a la selección—dijo Ruslan.

—Es verdad Killian, me sorprendiste y mucho. Sé que eres un imbécil y por eso me sorprendió tu decisión—agregó Alexia, quien estaba sentada a lado de Yuri, todos reunidos en una mesa rectangular en el centro del comedor escolar.

—Las palabras que me dijiste antes de que vinieras a Rusia me hicieron reflexionar y es por ello que tome la decisión de estar con ustedes.

—Así que el que te haya dicho que amabas a Katyusha te hizo cambiar de opinión, vaya cosas contigo.

El rostro de Yuri y el de Katya cambio de color a uno completamente rojo por la pena que les había dado al haber escuchado esas palabras tan directas por parte de Alexia. Nadie esperaba que ella sacara algo como eso a tema y por ello los tomó por sorpresa, sin embargo, ya entrados en confianza, Yuri habló:

—Como siempre tan directa mi querida amiga y no estás tan lejos de la verdad, pero como seremos, estoy seguro de eso, un equipo, no debe haber secretos entre nosotros. La realidad es que hasta hace apenas seis, casi siete meses yo seguía enamorado de la madre de Katya.

En ese momento tanto Ektaerina, Alexia, Ruslan y Tanya escupieron, sin pensarlo, sus jugos después de haber escuchado la confesión de Yuri; provocando con eso que los demás alumnos voltearan a verlos a causa del ruido y expresiones que habían hecho.

— ¡Eres un desgraciado!—exclamó Alexia—. ¡Cómo puedes decir una cosa de esa magnitud de forma tan tranquila!

—Ya les dije que eso fue hasta hace casi siete meses, pero después de ese tiempo ese enamoramiento de juventud se esfumó por completo y sólo quedó como anécdota.

— ¿Así que no fuiste el único? —Agregó Ruslan ante la sorpresa de las chicas—. A mí me pasó lo mismo, hace tiempo me sentí atraído por la 'Zarina'. Discúlpame Katya, pero como no hacerlo, ella es madura, muy guapa y, sobre todo, la más grande de la historia. No obstante, yo siempre supe que esto era pasajero, algo tan normal entre un jovencito y maestra pues muchos nos hemos enamorado de nuestras maestras, o las chicas de sus maestros, pero de ahí no pasa.

—Tienes razón Ruslan—profirió Lyosha—. En todo este tiempo que llevó en Rusia, e incluso desde antes, llegue a sentir algo extraño por el padre de Katya.

Tras escuchar eso último Ekaterina se sonrojó todavía más al darse cuenta que sus padres formaban parte de los sueños húmedos de su amiga y de sus posibles compañeros de equipo. Por tal motivo su rostro estaba completamente enrojecido a causa de la pena que sentía y dijo:

—Chicos, hay otros padres de familia como para que todos ustedes elijan a los míos. Ruslan, la señora Rosetta es muy hermosa, Layla también, Yuri, mis tías Ludmila, Svetlana o la propia señora Rosetta, son hermosas, pudiste pensar en ellas y lo mismo tú Lyosha, pues Yuri padre, tío Vladimir y tío Yevgeny son muy atractivos, ¿por qué elegir a mis padres? Y tú Tatiyana, ¿también te enamoraste de mi padre?

Kaleido Star: El resplandor de una estrellaWhere stories live. Discover now