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Solías venir seguido a mi casa después de la escuela, Bert, me acuerdo muy bien que en ese tiempo mi madre trabajaba en el turno vespertino y mi padre se había ido de la ciudad, y tú me hacías compañía en la soledad de mi casa. A tu lado, me sentía sumamente cómodo y la tristeza repentina se esfumaba por completo. Por lo regular veíamos televisión en la sala o platicábamos de nuestro día, para terminar besándonos y regalándonos caricias inocentes. Pero eso solo durante un tiempo, ya que una cosa llevaba a la otra y con el paso de los días, nos era más difícil separarnos el uno del otro.

Nos recostábamos en el sofá, con los labios aún unidos y las manos tocando el cuerpo ajeno por sobre la ropa. Recuerdo, que me ponía muy nervioso en esas ocasiones, porque eras mi primera experiencia homosexual en todo sentido de la palabra, y era comprensible mis inseguridades.

Pero, un día en especial detuve a mi mente de pensar tanto y me dejé llevar por la calidez de tu cuerpo. Por primera vez, tuve sexo y con un hombre. Tus manos acariciaban mi cuerpo con total delicadeza, que hasta podía sentir el nerviosismo que tú sentías por tus dedos temblorosos en cada poro de mi piel, me besabas a cada segundo, transmitiéndome muchas cosas a la vez. Me gustaban tus labios y tus besos, siempre me lograron crear un sentimiento placentero y único.

No tuvimos sexo completamente porque no queríamos apresuras las cosas en ese aspecto, pero fue una experiencia muy nueva para mí. Pensé que me arrepentiría de haberlo hecho, pero no, todo lo contrario, lo disfruté tanto que me sentí feliz de haberlo hecho.

It's better off this way; frerard; gerbert.Where stories live. Discover now