Capítulo 30. Reencuentro parte 2

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Al día siguiente, David y Mildred se encontraban a punto de salir de casa para partir hacía Nueva Jersey. David y Mildred iban hacía al aeropuerto en el auto de David e iban acompañados por Elizabeth y su Madre. Quien se encargaba de conducir el auto era Amber, en el asiento de al lado se encontraba Mildred y en los asientos de atrás estaba David y su adorada nieta.

Cuando el auto por fin llego a su destino, David y su esposa bajaron y seguido de ellos Amber y Elizabeth, cuando el momento de la despedida llegó Amber abrazó a su Padre y este la abrazó con fuerza.

-Papá, estas asfixiándome. -musitó Amber mientras abría ampliamente los ojos.

David abrazaba a su hija como si no quisiera soltarla nunca o más bien, como si tuviera miedo de regresar y no poder abrazarla jamás. Mientras el abrazo sucedía Elizabeth le daba palabras de apoyo a Mildred, las dos se dieron un abrazo cariñoso y cuando miraron hacia David notaron que él abrazaba con mucha fuerza a su hija.

-Papá, regresaran pronto. -le recordó, pero David parecía no escuchar. -Actúas como si fuese la última vez que nos veremos. -

-Tengo miedo, Amber, miedo de que ese aborrecible ser te haga daño. -susurró preocupado, a lo lejos Elizabeth hizo una mueca de disgusto por la manera en que su abuelo se expresaba de su Padre.

-Agradezco tu preocupación, pero perderán el vuelo si continúas de esta manera. -

Poco a poco David soltó a su hija, luego de ello el llevó sus manos hacía el rostro de Amber para después acercarse a su frente a darle un beso largo.

-Te amo mi pequeña ranita. -susurró en cuanto sus labios se separaron de la frente de su hija, Amber miró a su Padre con asombro.

-¿En serio me has llamado ranita? -cuestionó incrédula, su Padre la miró fijamente. -Yo también te amo Papá. -

David permaneció viendo a su hija y el acercamiento de Elizabeth interrumpió sus pensamientos.

-Cuida mucho a tu esposa, abuelo, ella es una gran mujer. -aconsejó Elizabeth con dulzura, ella tomó la mano de su abuelo y él sonrió.

-Y tu cuida a tu Madre, no la pierdas de vista por nada del mundo. -contestó, Elizabeth comenzó a reír. -Estoy hablando en serio. -añadió con seriedad y Elizabeth dejó de reír.

-Descuida, ambas nos cuidaremos. -

El señor Martin le dio un abrazo caluroso a Elizabeth, cuando el abrazo termino Mildred y David se tomaron de las manos, listos para partir hacía Nueva Jersey.

.....

Elizabeth y su Madre iban de regreso a casa en el auto de David, quien manejaba en esta ocasión era Elizabeth, desde que las dos entraron al auto Amber se mantuvo callada. Ante el silencio de Amber, Elizabeth le dedicaba miradas mientras que Amber miraba tras la ventana.

-Tu mirada está atenta al mundo exterior, pareciera que estuvieras contemplando las calles, pero no es así ¿verdad? -habló, Amber miró de reojo a su hija y soltó un suspiro. -¿Piensas en lo que te dijo el abuelo? -interrogó e inmediatamente Amber la miró alarmada, ante esto Elizabeth frunció el ceño. -Obviamente no sé qué fue lo que te dijo. -le aclaró entre risas, Amber suspiró aliviada.

-Sí, estoy pensando en cada palabra que tu abuelo pronunció. -contestó y regresó su mirada hacía la ventana.

-Él no parecía muy convencido de ir a Nueva Jersey, la manera en la que actuó me recuerda a cuando no querías dejarme ir a ___________. -comentó y su Madre sonrió.

-Lo entenderás cuando seas Madre. -respondió mientras le dedicó una mirada amorosa, Elizabeth sonrió y entrelazó su mano con la de su Madre. -Por cierto, ahora que recuerdo ¿Quién te ha enseñado a conducir? -preguntó.

Succubus ( Incubus  #2) *PAUSADA TEMPORALMENTE*Onde histórias criam vida. Descubra agora