CAPÍTULO XLIX

2.2K 161 77
                                    

- Buenos días.- susurré con mi voz dulce y seductora luego de besar y mordisquear su barbilla viendo como una sonrisa se expandía en su rostro y comenzaba a parpadear repetidas veces al despertar.

- Buenos días.- respondió con la voz adormilado y ronca, su cabello desordenado, esa media sonrisa con los ojos cerrados y su torso desnudo ¿Acaso podía existir en el mundo una imágen más perfecta? Estoy casi segura que no.

- ¿Cómo dormiste?- pregunte apoyando mi cabeza en su hombro, dibujando circulos con mi dedo sobre su pecho.

- Increíble, cuando mejor duermo es cuando se que te tengo cerca.- soltó abriendo los ojos para mirarme.

Agustín se ladeó para mirarme y yo apoyé mi cabera sobre mis manos en la almohada y nos quedamos mirando por unos minutos directo a los ojos.

- Te amo.- susurré rompiendo el perfecto silencio, pero que sin embargo, nuestros ojos decían todo por nosotros.

- Te amo.- afirmó sin despegar en lo más mínimo nuestros ojos.

Y él silencio volvió. Yo intentaba descifrarlo, que ocurría con nosotros, porque me confesaba su amor si no quería intentarlo a pesar de las adversidades, que para mi que era la más afectada no eran un problema, estaba perdida en mis pensamientos y se que el lo notó.

- ¿Por qué no quieres estar conmigo?- pregunté sin más cerrando los ojos en la espera de una respuesta que pueda romperme el corazón.

- No es eso Caro.- se quejó, en un momento elevó su mano hasta mi mejilla y entonces abrí los ojos.- Es más difícil que eso, yo voy a tener un hijo y Emilia es una mujer... Difícil. No puedo explicarte como son las cosas, pero ella va a vivir conmigo y lo nuestro no puede ser.

- ¿Qué no puede ser, Agustín?- espeté quitando su mano.- ¿Cómo puedes decir eso cuando estás en la misma cama que yo y pasamos la noche juntos.

Me levanté de la cama y me fuí hasta el baño, poco me importaba pasear desnuda frente a él, después de todo ya me conocía como ningún otro.

- Caro abre por favor.- pedía Agustín desde el otro lado golpeando la puerta, pero me negaba a abrir o a contratarle.- Caro, amor, abre me estás preocupando.

Ni siquiera se porque esta situación me molestaba, bueno se que es porque aunque dice amarme no quiere estar conmigo a pesar de la hermosa noche juntos, pero no es como que me haya prometido el cielo para que lo hagamos, yo misma se lo pedí y estuve dispuesta a hacerlo, mientras meditaba aproveche de tomar un baño y creo que el sonar del agua calmó a Agustín un tanto, cuando acabé me envolvi en una toalla y rendida abrí la puerta. Ahí estaba Agustín a la espera y mirandome fijamente.

- Cariño, perdón. Lo que menos quiero es hacerte sentir más.- pidió obstruyendo la puerta.

- Pero lo haces Agustín, ya te lo dije, tengo sentimientos y tu juegas con ellos ¿Por qué no sueltas de una vez porque haces esto?

- No puedo hacerlo, hay mucho en juego, tu no sabes nada y es mejor así.- suspiró frustrado por la situación ¿Qué es lo que me esconde?

- ¿Cómo voy a saber si no me dices? No soy adivina Agustín.- bufé sarcástica.

- Mi amor, ven.- pidió atrayendome entre sus brazos.

- Ya no me llames así.- gruñi intentando soltarme de su agarre, pero claramente fue en vano.

- Es lo que eres, pase lo que pase es lo que eres.- insistió y yo nuevamente comencé a frustrarme.- Y no juego contigo, por lo mismo te alejo de mis problemas, quiero lo mejor para ti.

Enamorada de mi profesor - AGUSLINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora