Capitulo 2: Solas o mal acompañadas.

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Charlotte alzó el mentón y caminó por el largo pasillo del colegio para ingresar al comedor. Más allá de lo que esperaba, la mañana perfecta que ella había planeado, era de todo menos eso. Sus profesores eran unos idiotas, dos de ellos estaban explícitamente en contra de las últimas legislaciones del parlamento y por consiguiente, como si ella tuviese algo que ver, estaban en contra de la hija del rey. ¡¿Qué rayos?! Su padre no intervenía en los asuntos del parlamento, claro que tenía sus aliados allí, pero de igual forma, no tenía mucho que ver con eso.

No sabía cómo iba a conseguir sus sobresalientes en esas asignaturas, y no podía cambiarse. Sería un trabajo duro, pero tenía que lograr ganarse a esos dos.

Y luego, estaban esas dos jóvenes nuevas profesoras. Una, demasiado nerviosa y torpe en su primer día, y si había algo que Char odiaba y la ponía de mal humor, era la incompetencia. Y la otra, con su falda corta, su cabello rubio lacio y sus labios rojos, tenía una apariencia que servía más para un burdel que para un puesto en un colegio prestigioso como aquel.  Ella había sonreído al pensar que era exactamente el tipo de chicas con las que Bradley se acostaba, cerdo.

Dos años antes, las cosas habían sido mucho más llevaderas. Geraldine y Robert estaban en su último año y eran, a su manera, los preferidos por todos.

Geraldine, como de costumbre, era la preferida por los chicos, quienes caían rendidos a sus pies, y de las chicas, que buscaban imitarla con sus curvas marcadas en los lugares correctos, su animoso sentido del humor, su perfecta sonrisa y su capacidad para eclipsar a cualquiera. Sus clasificaciones no eran las mejores, eran bastante regulares, por no decir malas, y sus padres temblaban cuando el director pedía hablar con ellos. Dina era problemática.

Al contrario de Robert, el callado, el intelectual. Rob era perfecto. No podía encontrar otra palabra para describir a su hermano mayor. Lo adoraba e idolatraba. Y no era la única. Él no era de las personas que más amigos tenían, pero tampoco tenía enemigos declarados. Era amable con todo el mundo y solidario. El mejor de su clase, el predilecto.

Charlotte no era ninguna de esas cosas, y nunca lo sería por más que lo intentase.  Pero era competitiva y se aseguraba, de una forma u otra, de ganar. Siempre.

Y había sido muy popular entre sus compañeros por ser la hermana de Rob y Dina. Hasta que ellos se habían graduado.

Entonces, el año anterior, las cosas habían sido un poco más aburridas y complicadas. Pero había tenido a Callum, quien la protegía y con quién podía pasar la hora del almuerzo sentada en una mesa en la que todos aspiraban tener un lugar.

Callum Tanner, era el hijo menor de Carol y Ted Tanner.

Su madre les había contado a ella y sus hermanos, tiempo atrás, como había conocido a esos dos. El matrimonio vivían en un pequeñísimo pueblo muy alejado de la capital, un pueblo en la costa. Brianna había terminado allí luego de escaparse antes de su boda, cuando pensaba que no podía tener hijos, y por eso, no sería buena esposa para Alioth. Los Tanner, con Carol por ese entonces embarazada de su primera hija, le habían rentado una cabaña y ayudado con, bueno, todas las cosas que debían de hacerse en una casa, desde cocinar hasta como encender un lavarropas. Se habían hecho amigos, y esa amistad había perdurado cuando ella volvió a casa con el príncipe.

Pero nueve años después, ambos habían fallecido en un accidente automovilístico dejando a sus dos pequeños hijos, Caroline de nueve años y Callum de siete, huérfanos, sin más familia que unos abuelos demasiado ancianos para criarlos.

Brianna se había ofrecido para acogerlos y nadie le habría negado eso a la reina.

Desde entonces, esos niños, ahora ya jóvenes adultos, eran parte de la familia. Caroline pasaba mucho tiempo con su tía Anabelle y Lilibeth en la compañía de diseño y producción de zapatos, al mismo tiempo que iba a la universidad estudiando una carrera relacionada con todo eso que tanto le apasionaba, y Callum había iniciado su carrera para ser un futuro médico.  Era un segundo Robert. Otro joven perfecto y prometedor.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora