Capítulo 26: Una cena en familia.

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–¿Te besó? –Nina miró a Rob anonadada por la pregunta.

–Él fue totalmente apropiado conmigo. No hizo nada que yo no quisiera –aclaró sin mostrar ninguna señal en su rostro que le diera a Robert la respuesta que había pedido. Aunque lo que ella había dicho no le había gustado demasiado. ¿Qué quería decir eso?

–¿Eso quiere decir que dejaste que te besara o que no lo hiciste?

Nina levantó las manos en el aire y sacudió la cabeza negándose a responder. –Ya te dije que no quiero hablar de anoche, Robert.

–Pero dijiste que te había ido bien –insistió.

Ella soltó un suspiro sonoro, bien audible, pero no dijo nada más. Se limitó a mirar por la ventanilla el resto del trayecto y pensar en lo que había ocurrido la noche anterior. 

Walden había sido todo un caballero, incluso más de lo que ella había esperado. Y no podía negar que se había divertido mucho con él, era ocurrente y no se podía negar que inteligente, quizá más de lo que le gustaba admitir. Pero Nina era bastante buena descifrando a las personas –excepto a Rob– y lo había calado enseguida. Era por eso que le agradaba, era modesto y no un niño mimado como muchos de los que siempre había tenido como compañeros.

Pero era de esperarse, él la había besado antes de despedirse en su casa y ella no lo había alejado. Aunque tampoco podía decir que había sentido algo, por no lo había hecho. Nada de nada. Y Walden también lo había notado.

Que desastre. Bien que podría aprovecharlo para distraerse, conocer a alguien más que se interesara por ella. Pero no había caso, no lo lograba ni deseándolo con todas sus ganas.

¡Ja! Quiso soltar una carcajada, lo único que ella deseaba con todas sus fuerzas era a Robert Van Helmont.

                                                                           ***

–¿Por qué estás sentada aquí adelante? –Max miró a Charlie de soslayo. Iba sentada en el asiento junto al conductor en el coche en el camino de regreso del colegio, y antes de eso, la había notado extraña y pensativa durante toda la mañana luego de haber tenido esa conversación tan extraña con su tía–. Sabes, no me inspira nada bueno. Las veces que has venido aquí, siempre es para meterme en problemas.

Charlie no dijo nada y continuó con esa sonrisa que daba escalofríos a quien la conociera. Ella estaba planeando algo y el hecho de tenerla sentada allí, era una clara señal de que él no iba poder escapar.

Preparándose mentalmente para otro ataque, aparcó en su lugar de siempre en el palacio y se bajó para abrirle la puerta a ella bajo la vigilancia de dos más de sus compañeros que guardaban una pequeña distancia.

–Dame el brazo –dijo Char más como una orden que como un pedido y Max creyó haber oído mal. Porque si no estaba equivocado, entonces, no entendía nada–. Camina conmigo, del brazo.

–¿Por qué? –Soltó retrocediendo un paso.

Ella se adelantó. –Porque yo te lo pido.

–Y… –murmuró instándola a continuar.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora