Capítulo 44: Visita inoportuna.

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Charlie deseaba que la tierra la tragara. Miró al frente, pero de todas formas podía sentir los ojos de su madre y de Caroline, clavados en ella, asombrados, pero más que nada, seguramente burlones.

Oh, las conocía tan bien. Caroline era igual a Brianna o quizás peor.

Se obligó a sonreír hacia la hermana menor de Max, quién al fin y al cabo, no tenía la culpa de nada.

—Hola, Amy.

La vivaz joven salió por detrás de su madre y le tomó una mano para instarla a entrar sin reparar en las otras dos personas que se encontraban allí.

La señora Nash se aclaró la garganta y como pudo articuló una palabra.

—Majestad.

Brianna dejó su estupefacción de lado también, pero no pudo evitar preguntarse cuántas cosas más no sabía de su hija y eso la desanimó un poco.

Volvió a recuperar la compostura y miró a la señora que le estaba hablando.

—¡Buenas tardes! Asumo que usted es la señora Nash.

La señora parpadeó y Charlie rodó los ojos. La mujer estaba confundida y perdida. La misma reina estaba visitándola, de seguro eso era algo que jamás habría esperado. A cualquiera, por lo menos, le habría gustado saberlo con anticipación y hacer los arreglos necesarios para su llegada.

Amy que se había quedado de piedra, abrió de nuevo la boca y Char estuvo segura que su madre deseaba que permaneciera en silencio.

—¡Usted es tan bonita en persona! No puedo creer que esté en nuestra casa.

—Bueno, tenía que conocer a la familia del hombre que salvó la vida de mi hija tantas veces, y felicitarlos.

—Mi hermano es el mejor y quiere mucho a la princesa. Y si usted viera cómo la defiende es muy…

—¿Amy has leído el libro? —La interrumpió Char antes de que dijera alguna tontería más. ¡Cuántas ganas tenían todos de ponerla en evidencia!

Gracias al cielo, la chica se olvidó de lo que estaba diciendo y dio un paso al costado para arrastrarla hacia unos metros por detrás, y comenzó con un parloteo que a Char se le hizo difícil seguir. Pero no importaba, lo único que le interesaba era dejar que ella siguiera descubriéndola delante de los demás.

¿Sería que Maximillian le había contado? Lo creía raro, él no hablaría de tales cosas con su hermanita menor.

De soslayo, contempló a Brianna y a Caroline. Al parecer, sin tantas interrupciones estaban entendiéndose y entraban a la casa. La madre de la joven que tenía al lado, les hizo una seña con la mano para que entraran, que Amy no vio.

Ella asintió para mostrarle que había comprendido, pero siguió allí, escuchando la cháchara de la más pequeña. El pensar que tenía que encontrarse con Max después de lo ocurrido volvía a ponerla nerviosa y le daba ganas de retroceder.

¡Y ella no era una cobarde!

—¿Amy? —Volvió a decir por encima de su voz—. ¿Tu hermano está en la casa?

—Sí. —Pestañeó—. Lo tenemos muy bien vigilado, es poco capaz de mantenerse quieto. ¿Quieres pasar a verlo?

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Where stories live. Discover now