Capítulo 52

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Emma

Todos fijaban su atención en la pelea entre Maye y Verno.

Cuando Maye se abalanzó contra su propia prima, Azazel lanzó un enorme rugido que aturdió a todo mundo.

Corrió con una velocidad increíble y tomó mi cuerpo en su mano apretándolo a su gusto y dañando más el fruto que cargaba en mí.

Lo observé con el poco aire que me quedaba y alcé mi mano en dirección a su cara ya quemada.

Et porta caeli.

La pared que se levantó entre mi cuerpo y Azazel hizo que me soltara y aún tomando aire, torpemente logré suspenderme en el aire con mis alas.

Azazel me siguió muy de cerca y yo rogaba que alguien me ayudara, aunque jamás pedí ayuda.

¡Nerea!

Yo me encargo, cariño. Envíalo a la torre, te veo en 2 minutos.

Lo alejé lo más que pude del lugar en dónde toda la lucha se consumía y lo envié detrás de mí hacia los grandes y extensos bosques de Edom.

En cuanto me adentré en las copas de los pinos puse mis antebrazos frente a mi cara sin ver a donde iba. No es como si me importara, lo único que tenía que hacer era sanarme y así seguiría luchando, pero por el fruto que en mi vientre se formaba me impedía jugar con todas mis cartas.

Rodeé el bosque una vez salí de él y el estruendo de Azazel se escuchó detrás de mí al derribar los árboles.

Cuando volteé hacia atrás observé el camino que había dejado dentro del bosque.

Seguí volando con rapidez y esta vez me dirigí a la destrozada torre que Nerea me había dicho.

Pude ver a varios elementus camuflajeados entre las hierbas y a Nerea parada frente a la torre.

¡Todo tuyo!

Nerea asintió con la cabeza y yo me elevé dejando que Azazel se estrellara de lleno contra la torre.

Nerea gritó algo que no alcancé a escuchar puesto que la mano de Azazel había alcanzado mi pie y me había arrastrado hacia la trampa tendida para él.

Nerea dio una orden a los elementus para que pararan su ataque puesto que yo me veía involucrada.

— ¡Emma! — gritó con desesperación.

Azazel rugió en mi cara y me observó con sus enormes ojos mientras yo luchaba por sacar mi cuerpo de su mano.

— ¡Hazlo, Nerea! — grité con lágrimas en los ojos cuando dejé de respirar del todo.

— Pero... — murmuró.

— ¡No importa, Nerea! Tienes que salvarlos, tienes que sacar a Jared de aquí, tienes que terminar con Verno y Azazel es sólo un impedimento innecesario. — dije con el poco aire que me quedaba.

Nerea negó con la cabeza y alcancé a ver una hilera de lágrimas recorrer sus mejillas.

— ¡No voy a dejarte sola! — gruñó y se elevó hasta quedarse en la espalda de Azazel. — Aqua, Terra, ahora.

Los elementus sepultaron bajo una gran masa de tierra indestructible las piernas de Azazel, lo hicieron tan rápido que ni él mismo pudo darse cuenta.

— Ignis — Nerea dió una segunda orden y fue cuando sellaron por completo la estructura.

— ¡Ventus! — dijo Nerea acercándose rápidamente hacia mí.

Los chicos de pelo blanco platino hicieron maniobras con sus manos y de repente fui arrancada de las manos de Azazel y Nerea atrapó mi cuerpo en un impacto que nos mandó hacia donde Milton peleaba espalda a espalda con Alejandro.

Llevamos con nosotros súcubos y demonios.

Alejandro atrapó a Nerea y rápidamente le dio el impulso que ella le había pedido con anticipación.

Milton en cambio se quedó asombrado por tener mi cuerpo en sus brazos.

Me bajé con un poco de incomodidad y al tocar el piso una oleada inestable de dolor recorrió mi vientre.

Me doblé y mi vista se nubló.

Escuchaba a Milton gritar mi nombre y en cambio yo sólo podía enfocarme en el dolor que de mi vientre provenía.

Ella estaba muriendo.

Verno

Hice un último corte en las piernas de Maye que la dejó inmóvil e inconsciente por un tiempo que realmente necesitaba.

Cuando volteé la vista pude ver la expresión de Phoebus. Estaba vacía y llena de dolor.

El cuerpo de la niña se derrumbó de rodillas frente al cuerpo de Maye.

La ignoré pues sabía que pronto podría sanar a Maye.

Cuando mi vista se desvió a la estructura que apresaba a mi demonio me hirvió la sangre.

Azazel estaba siendo vencido por sus propios súbditos, irónico.

Mis ojos escanearon muchos cuerpos hasta dar a parar con el musculoso cuerpo de Milton.

Él estaba protegiendo un cuerpo, uno más pequeño que el suyo, pero mucho más poderoso.

Abrí paso entre todos las criaturas y me acerqué a una distancia considerable hasta la escena.

Emma estaba en cuclillas quejándose del dolor que estaba experimentando, en cambio no veía ninguna herida demasiado grande y mucho menos un charco de sangre.

Emma no estaba dando todo de sí, y tanto yo como ella lo sabía.

Mi subconsciente me preguntaba mil veces por qué, pero no tenía respuesta.

Algo dentro de mí me dijo que aguardara antes de atacarla para comprender la razón.

Milton trató de ponerla en pie y ella se apoyó en él con su delicada y estúpida mano.

Al estar un tanto enderezada se doblegó de dolor nuevamente atrayendo el cuerpo de Milton con ella.

Mis ojos se posaron en donde ella presionaba con fuerza.

No... Era imposible...

Mis ojos se abrieron más de lo normal y Emma notó mi presencia.

Nuestras miradas se cruzaron un momento antes de que mis ojos viajaran a su vientre de nuevo.

La sangre dentro de mí hirvió.

Alguien, dentro de ella, estaba creciendo...

Maye.

¿Ahora qué mierda quieres? ¿No te basta con dejarme inconsciente?

Emma está embarazada.

¿Qué?...

Verno, el surgimiento de un demonio (Saga Genus #2) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang