Epílogo

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La sed de venganza de Verno se volvió tal que por poder de su mismo reino extrajo su alma antes de que su cuerpo pereciera por completo dentro del portal y teniendo en objetivo seguir con su dictadura, poseyó a la pequeña niña de rulos infestando por completo su alma con la ira y soberbia que la caracteriza.

Phoebus sintió como poco a poco su alma moría dentro de ella, sintiendo el sofoco y más que nada sintiendo la prisión de lo que ahora sería su eternidad.

Verno adquirió nuevos poderes y pudo darse cuenta de las habilidades que su huésped no había desarrollado aún a su máxima potencia.

Verno... Pero qué has hecho...

La voz tierna de Phoebus resonó en todo su cuerpo llegando a la susodicha.

La niña no recibió ninguna respuesta de parte de su ente.

Si esto será así, por lo menos tengo que pedirte una última cosa...

Habla ya.

Deja que ella viva.

Verno observó mediante los ojos de la persona el vientre de Emma.

No puedo, tengo que matar a Emma y es imposible sacar a su bebé antes de tiempo.

¡No me importa! ¡No vas a matarla antes de que nazca! Es inhumano...

Cariño, tú ya no eres humana...

La maléfica súcubo trató de avanzar mediante el cuerpo de Phoebus, pero nada resultó, el cuerpo siguió petrificado en el mismo lugar.

No dejaré que avances hasta que lo prometas.

Phoebus...

¡Hazlo!

La desesperación de Verno creció descomunalmente y en acto de reflejo se dejó llevar por los sentimientos de la niña.

¡Bien! No importa cuando, pero la mataré. Te tengo un trato, Phoebus, pon mucha atención.

(...)

Emma seguía dando miradas de soslayo hacia la pequeña mientras escuchaba cómo los elementus habían devuelto a Azazel a su reino sin necesidad de matarlo y con ello Maye se había quedado agradecida.

Maye buscaba a Phoebus desde entonces, pero decía que algo estaba mal, que no sentía su verdadera presencia...

Emma trató de quitarse a los ángeles de encima y avanzó con paso decido hacia la niña parando su caminar a unos metros antes de llegar con ella.

La niña emitía la misma risa mecánica pero con una mueca deforme.

— Pero tú eres tonta... — habló la niña observando a Emma. — De verdad creías que te ibas a librar tan fácil de mí. — la misma risa surgió.

Los ojos de Emma estaban como platos al igual que muchos de los que presenciaban la escena.

— Es imposible, Emma. — la cara de la niña se deformó poco a poco y su cuerpo parecía estar creciendo sin que nadie se diera cuenta. — Yo siempre estaré aquí, siempre habrá algo que no te deje dormir... Y esa sombra seré yo. — la niña sonrió de lado levantando la mirada.

Maye llegó corriendo por un lado y observó el cuerpo de Phoebus. Los ojos de Maye se abrieron con impresión y cayó al suelo de rodillas como si hubiera desvanecido.

— Phoebus... — dijo en voz baja sin poder creer lo que estaba viendo.

Emma sintió un vuelco en su corazón a causa de la expresión de Maye.

— Es una pena. — habló Emma tratando de aminorar la tensión del momento y dándole una esperanza a Maye. — siempre serás eso, ¿verdad, Verno? — Emma comenzó a caminar en torno a la niña sintiendo sus ojos sobre ella. — Una sombra.

— ¡Ahora es diferente! — habló la niña con ojos saltones y con demasiado entusiasmo. — Lo que tú no sabes es cuánto poder tiene este pequeño cuerpo... — ella bajó un poco su cabeza y ladeó su cuerpo en dirección a el ángel supremo. — ¿Quieres una demostración?

Emma paró su caminar.

Phoebus alzó su mano hacia el cielo y las nubes comenzaron a hacerse negras.

Algunos truenos comenzaron a caer encima de varias súcubos y demonios demostrando así el poder de la nueva Verno... Pero, ¿por qué a sus propios aliados en vez de matar a Emma de una vez?

— Y eso no es todo. — Phoebus se burló sonoramente. — Sin embargo, no voy a matarte... — observó al ángel frente a ella. — por lo menos no hoy. — su cara se tornó seria.

Phoebus comenzó a caminar en círculos ocasionando que pequeños bloques de tierra se formaran bajo sus pies quedando elevada ante todo el pueblo de Edom.

— Escúchame con atención, Emma. — gritó Phoebus entre los estruendos que ella misma ocasionaba. Señaló a la susodicha y clamó: — tu vida será perdonada, no morirás hoy y probablemente no mañana... Yo desapareceré y tal vez nunca regrese... — la niña alzó su barbilla. — Pero te advierto una cosa... — el silencio reinó entre todo Edom.

Emma tomó su vientre sintiendo un dolor leve.

Phoebus señaló su vientre y observó a Emma fijamente.

— En la vida que crece en tu vientre caerá tu deuda conmigo. — declaró.

— Ni siquiera lo pienses. — gruñó Emma con la ira subiendo por su garganta.

— Cuando esa vida crezca la tormenta y la pena caerá sobre ella, pero no de la forma en que te imaginas. — Phoebus ablandó su expresión. — Como ya te dije, yo desapareceré, pero Phoebus quedará como reina de Edom... Ella es mi heredera. — Phoebus bajó de su escalinata y encaró a Emma. — Será Phoebus quien luche contra tu descendencia y créeme que ella no se dejará perder... Ya hemos hecho un trato.

Los dientes de Emma rechinaron.

La idea de degollar a esa niña en ese momento pasó rápidamente sobre su cabeza, pero Maye se interpuso entre el cuerpo del ángel y de la niña.

Si tratas de dañar a este cuerpo, Maye va a matarte le cueste lo que le cueste...

Verno era inteligente después de todo...

— Aún hay otra condición. — exclamó Phoebus. — Tu vida volverá a ser la misma, podrán regresar al cielo y vivir pacíficamente, juro que no irrumpiré en el desarrollo de él o ella... — Phoebus apareció detrás de Emma. — No trates de esconderla, moveré cielo, tierra e infierno para encontrarla.

Sin más qué decir la niña comenzó a reír bajito y se alejó junto a Maye.

Buen viaje.

Un portal se abrió debajo de los pies de todos y se encaminaron en un vórtice sin retorno escupiendo a todos en el mundo de los humanos incluyendo a Emma, sin previo aviso, sin ninguna oportunidad de rechistar ni de oponerse al plan que ya maquinaba.

Emma no podía hacerse a la idea de que incluso sin aún nacer el fruto de su vientre, ya hubiera marcado un destino hacia ella.

Maldita seas, Verno...

FIN

Verno, el surgimiento de un demonio (Saga Genus #2) Where stories live. Discover now