Capítulo 56

827 104 19
                                    

Verno

El momento llegó, el icor bombeaba más fuerte que nunca y todo mi cuerpo temblaba por la adrenalina acumulada.

El hecho de que Emma hubiera logrado tocar mi piel con sus hojas, simplemente me hacía enfurecer mucho más de lo normal.

Emma alzó vuelo y dió una pirueta en el cielo invitándome a que la siguiera.

Mis patas recorrieron algunas de las estructuras con gran fuerza derrumbándolas para crear una nube de humo y distraer a los ángeles que trataban de meterse en nuestra pelea.

Esto era entre Emma y yo.

Al final me lancé hacia el cielo tomando desprevenida a Emma y aferrándome a una de sus alas con mis filosas garras patas

La cara del ángel se distorsionó por el dolor pero una de sus hojas se insertó en mi pecho haciendo que su dolor se olvidara.

A éste punto sabía que me desfavorecía tener la forma de una araña, pues me dificultaba entre todo el zarandeo aferrarme al ángel, así que poco a poco fuí regresando a mi versión original.

Las dos estábamos levitando en el cielo sin mover ni un sólo músculo más que las alas de Emma.

Con un movimiento mi brazo tuvo lugar para convertirse en una navaja y rasgar toda el ala de Emma.

Ella descendió su vuelo y aterrizó boca abajo contra el suelo.

Mi sonrisa creció y sin desaprovechar la oportunidad convertí mi otro brazo en una cuchilla. Me posé arriba del cuerpo de Emma e intercalé cuchilladas en su espalda, justo donde sus alas crecían.

Emma lanzó gritos de dolor y eso simplemente me motivaba más para hacerlo con más desesperación.

— Muere, muere, ¡muere! — grité con los dientes apretados y mi rostro lleno de locura.

Al insertar una cuchilla en el cuerpo de Emma pude sentir una punzada emanar por todo su cuerpo.

Con esa distracción, Emma pudo lanzar una patada que me envió a unos cuantos metros a la redonda.

Pude ver por mi visión periférica que ella tomaba su vientre y se arrastraba con pesadez hacia una estructura a punto de caer.

¿Pero tú estás tonta?

Corrí hasta su donde su cuerpo se encontraba para evitar que el edificio colapsara en su cuerpo.

Los ojos de Emma observaron mi recorrido en todo momento y justo cuando estaba a milímetros de su cuerpo ella se movió con rapidez tumbando la última piedra que mantenía en pie la gran cosa de cemento haciendo que toda colisionara conmigo dentro.

Mi cuerpo quedó apresado y aunque luchara por sacarme las piedras de encima el oxígeno se reducía cada vez más.

Eso te pasa por estar de heroína, Verno. ¿Por qué no dejas que me encargue yo?

— Como quieras. — gruñí a la voz en mi cabeza.

Emma

Me aferré a las piedras que se encontraban debajo de mi cuerpo y traté de ponerme en pie protegiendo con mi brazo a mi vientre.

Estaba agotada, mi cuerpo sentía el sofoco constante y ese molesto dolor en mis pulmones.

No iba a perder.

Estaba consciente de que había una vida que dependía de mí, y no sólo era ella... Eran muchas.

Me puse a pensar en ese breve momento como todo había llegado hasta donde estaba ahora.

Verno, el surgimiento de un demonio (Saga Genus #2) Kde žijí příběhy. Začni objevovat