Capítulo 14; ¿Egoísta?

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Capítulo ~14~
¿Egoísta?

"Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar  tu vida para siempre, ya sea para bien o para mal"

-J. Brown

No creo necesario contar lo que pasó cuando volvimos a casa como a las diez de la mañana. Solo diré que ni Marco, Diana, ni Julia —la mamá bastante extravagante de Julie—, se lo tomaron bien. Hubo un interrogatorio, lágrimas, y una madre muy molesta, quizá aún asustada, que le pidió a una muy drogada muchacha que no se acercara de nuevo a su hijo.

Así que de ahí en adelante, no volví a ver a Julie durante mucho tiempo. Al parecer su tía abuela Carmen, oriunda de Guanajuato, la llevaría con ella para intentar "reformarla".

Ni siquiera se dio la ocasión para despedirnos, y sinceramente dudo que ella deseara decir adiós. De haberlo hecho, encontraría la manera de verme. Fue triste darme cuenta que la última imagen que tendría de ella sería la de una chica despeinada, con pasto en el cabello y los ojos inyectados en sangre.

Dianna estuvo de cierta manera más al pendiente de mí a partir de ese momento. Por si de casualidad sucedía algo, mandó a poner barrotes en la ventana de mi habitación para que nadie fuera capaz de cruzarlo, aunque sabemos que ese nadie se refería a Julie.

Noa, por su parte, se mantuvo al margen del problema siempre. Parecía que nuestra relación estaba quebrándose, pues me encontraba tan ocupado pensando en Julie que no noté como nos alejábamos. Él había conseguido una novia, una muy linda de cabello rizado claro que usaba vestidos.

El día que la conocí se portó amable, pero al igual que el común de las personas nunca habló conmigo directamente, ni me miró mientras comíamos. No me sentí molesto, pues al parecer era una buena mujer con modales, lo opuesto a mi querida Julie, quien hubiera vuelto de cabeza el comedor si tuviera que conocer a la madre de su novio.

Mamá parecía conforme con la pareja que Noa escogió. A pesar de que la chica era un año más grande que él, lucía como una buena pareja. No voy a negar que se veían bien juntos, no obstante, el hecho de que tomaran sus manos mientras comíamos, me hacía pensar si algún día encontraría a una mujer que quisiera formar parte de mi vida, sintiendo celos. Entonces Julie venía a mi mente, incrementando las emociones negativas. El hecho de que fuera adicta, aparte de ser la hija de la nueva esposa de mi padre, la convertía en un imposible, y la única mujer que había mostrado sentir algo por mí aparte de Dianna.

La comida fue de cierta manera agradable, hasta que salió a luz el tema de mi cuidado. Mamá estaba tan entretenida hablando con Emma, que derramó el jugo de naranja cuando intentaba dármelo. Cada cosa que sucedía a lo largo de mi día me traía a Julie a la mente, y como no si los últimos meses habíamos estado juntos todo el tiempo.

Ella hubiera tomado la situación con humor, limpiándo mi barbilla luego de hacer un chiste de esos que a nadie le causan gracia. Dianna era la clase de persona que hacía un escándalo innecesario por cosas que a todos les suceden, así que antes de tomar la servilleta y limpiarme se disculpó al menos tres veces, y otras tres más cuando había secado el jugo.

—Me imaginó que es complicado cuidar de una persona con necesidades tan especiales como... su hijo —se compadeció Emma con ese tono condescendiente.

Mamá alzó la mirada sorprendida, se lamió los labios y dijo: —Sí, a veces es difícil, pero Dani lo entiende así que ayuda con lo que puede —clavó esos ojos enamorados en mí —, y Noa es muy buen hermano. Al menos sé que cuando yo ya no esté habrá alguien que cuide de él.

Daniel "Un Chico Enamorado"  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora