Capítulo 15: Resolver Algo es Igual a Encontrar un Misterio Mayor

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Capítulo ~15~
Resolver Algo es Igual a Encontrar un Misterio Mayor

"Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante"

-Oscar Wilde

Dianna, envuelta en los rastros de un profundo llanto, subió a mi habitación luego de lo sucedido con Noa y Emma en el comedor. Recuerdo que se había cambiado la ropa elegante que se puso para la comida, así como retiró el maquillaje. Se sentó a mi lado en la cama y me contempló en silencio un par de minutos. Aparte del evidente rechazo que la novia de mi hermano sentía por mí, esa tarde descubrí que aunque dijera que no lo hacía, mamá me veía como el resto de las personas.

Ella suponía que Julie no podía quererme de no estar drogada, lo que era igual a pensar que nadie me amaría por estar en una silla de ruedas. Eso, incluso más que escuchar a Noa decir que no quería cargar conmigo en un futuro, me partió el corazón que de por si no funcionaba.

Así que no quería ver a ninguno de los dos, pues a pesar de siempre decir que mi discapacidad no me hacía diferente, y que los demás no debían aislarme por esa razón, ellos lo habían hecho. No me veían como un igual, y era doloroso descubrirlo luego de tantos años.

Pensé en la escuela especial, en la insistencia de mamá por no dejarme solo, en su falta de trabajo estable y como Noa nunca permitía que estuviera cerca de sus amigos por más de dos minutos y solo si los consideraba cercanos. Reflexioné sobre papá, y como él había sido el único que nunca mintió respecto a lo que sentía por mí, y siempre expresó su lastima y vergüenza.

Que Noa y Dianna no lo mostraran no quería decir que no lo sintieran.

¿Entonces por qué mamá afirmaba, sin dudarlo, que Julie no me quería? Si ella era la única a quien en verdad no le importaba la parálisis cerebral, y la borrachera en medio de la nada lo comprobaba. De pensar que no era capaz de lidiar con ello, tan solo no me hubiera llevado. Sin embargo, ella era más consciente que yo de que podíamos hacerlo —lo que en parte fue consecuencia del alcohol—, pero lo hizo, como la única persona que me veía como su similar.

Al final Dianna me pidió un montón de disculpas justificando sus palabras con lo tensa que se había puesto la situación, aparte del estrés que guardaba constantemente.

Al día siguiente le pedí a Noa que me llevara a la plaza de las flores. Hablamos en el camino sobre como su novia pensaba qe no era buena idea que yo viviera con ellos en un futuro, supuestamente por mi propio bien.

No dije nada. No tenía nada que decir. Ni quería hablar, solo deseaba ver la plaza en silencio mientras recordaba esos momentos que había pasado con Julie.

El estanque de patos, y las bancas frente al restaurante de comida italiana eran lo mejor.

De haber sabido que esto pasaría, de todas maneras le hubiera hablado. A pesar de sufrir, no me arrepentía de que nuestros labios intercabiaran palabras, pues era de las mejores cosas que me pasaron en la vida. Mi día a día era tan monótono antes de Julie, que la emoción de nuestras aventuras, en las usualmente era un mero espectador, había sido lo único que lograba sacarme de la rutina sin dañarme.

Era cierto que luego del incidente en el restaurante italiano nunca pude regresar ahí
—y la comida era muy buena—, aparte de que ahora esperaba que alguien entrara por la ventana de mi cuarto constantemente, y las picaduras de los mosquitos  la noche de borrachera me habían dejado cicatrices, pero todo era compensado por el recuerdo de su sonrisa. La sensación de sus manos tocandolas mías aunque no estuviera conmigo.

Daniel "Un Chico Enamorado"  (EDITANDO)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon