Jefe de Berk

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Nuevo capítulo, y le agregué unas escenas nunca antes leída.

Capítulo 2

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4 años. Enlace.

En un lugar a cientos de kilómetros de las costas de Noytrol, se encontraba un pequeño poblado llamado Berk, abundante en branns, comida insípida y muchas casas nuevas, un maravilloso lugar para vivir donde nevaba 9 meses al año y granizaba los otros 3 o al menos eso les decían a los turistas; un lugar donde gobernaba no un rey, sino un "jefe", es donde empieza esta historia...

Un pequeño niño de cabellos castaño curioseaba por el lugar observando atentamente a los enormes dragones que acompañaban a los adultos o jóvenes más grandes que él, y soñaba despierto con el día en que por fin pudiera tener a su compañero dragón.

—¡Hiccup!

La piel se le erizó al pequeño con tremendo grito, encogido de hombros se giró para ver a su cuidador un hombre enorme y regordete de bigotes rubios, y al cual le hacía falta una mano y una pierna, y que en ese momento se acercaba amenazadoramente hacía él.

— ¡Pequeño bribón!... ¿Dónde te habías metido? Esto de andar de niñera no es lo mío. —Se quejó el hombre tomando al niño de la camisa como si agarrara a un animal del pellejo.

—Estaba observando los dragones. —contestó el chiquillo pataleando para zafarse. —Gobber, llévame en Grump a volar alrededor.

—Ahora no, Hiccup. Tengo mucho trabajo en la fragua así que...

No le dio tantas explicaciones sólo se limitó a llevarlo a la fragua, su lugar de trabajo, donde el pequeño se murió del aburrimiento, viendo sólo como su cuidador atendía a los vikingos del pueblo.

—¡Ay, ya quiero ser grande para tener mi dragón e irme a volar todos los días! —Se quejó ruidosamente, ladeándose de un lado a otro en el banquito que Gobber había puesto especialmente para él (en la esquina) para que no se moviera.

—Pues en lo que creces mejor ayúdame. Sé de utilidad muchacho. —Opinó Gobber sin quitar su atención en la espada en la que trabajaba. —Pásame aquel martillo.

Hiccup se levantó de su asiento con hastío y con pasos perezosos se dirigió hacia donde estaba la herramienta, donde quiso tomar un pesado martillo, pero todo quedó en la intensión, porque este no se movió de su lugar.

Avergonzado de no poder tomar aquella herramienta, Hiccup se arremangó las mangas de la camisa y preparó ambas manos para levantarla, pero nada, ni apretando los dientes, y esforzarse hasta enrojecer pudo levantar aquel martillo.

—¡Tonto martillo!

—Mejor deberías hacer más ejercicio. —aconsejó Gobber acercándose para tomar la herramienta. —Pareces un renacuajo. —apuntó burlonamente con el mango.

—¡Yo les ensañaré a todos! —exclamó el chiquillo inflando el pecho. —¡Seré el vikingo más valeroso y fuerte de aquí!

—¡Oye mejor vikingo!... cierra la boca y déjame trabajar, o mejor aún creo que tu primo ya salió de su entrenamiento... ¿Por qué no vas a jugar con Snotlout?

— ¡¿Snotlout?! —refunfuñó Hiccup. —No, no quiero...desde que tiene a esa pesadilla monstruosa se hizo más engreído.

—Bueno, no puedo negar que fue una gran elección y para sorpresa de todo ese dragón quisquilloso lo aceptó.

LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora