Noytrol

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¿Otro? Sí, aquí otro capítulo.

Editado 02 de diciembre 2018.

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Editado 02 de diciembre 2018.

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Capítulo 25.

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Noytrol

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Un cielo rojizo, una batalla, gritos, destrucción, desesperación era lo único que se podía vislumbrar; la escena cambió en una instante para dar lugar a una habitación grande coloreada por un azul vivo gracias a las ventanas que pudo ver en la parte superior; sin embargo la habitación pronto fue iluminada con una resplandeciente luz blanca, desgarradores gritos se escuchaban dentro de ella, dolía del sólo escuchar esos múltiples gritos pero, ¿quiénes eran los que estaban sufriendo?, pronto los gritos se fueron apagando , cuando pensó que todo se había calmado un último grito de una sola persona se escuchó, un estruendoso grito de dolor y un ser oscuro detrás de la luz blanca.

Camicazi se levantó sobresaltada de la cama, habían pasado apenas unos días desde que sus aliados se habían ido de ciudad Aqua, durante esos días no había tenido sueños pues el peso de ser madre por segunda vez la tenía realmente agotada, pero ahora que su esposo le había dado un momento para descansar fue invadida por muchas imágenes imposibles de reconocer claramente.

—Cami... ¿qué pasa? ¿Estás bien?

La prestó su atención a quien le había hablado, era su marido, quien arrullaba a la bebé Astrid entre sus brazos.

Camicazi conmocionada todavía por aquel sueño quiso responder que estaba bien; sin embargo, algo se lo impedía, y eso era la verdad, la verdad es que no se encontraba del todo bien, aquel sueño la había asustado demasiado.

Al no tener una respuesta por parte de su esposa, Eret se preocupó, viendo como ella respiraba y sudaba a pesar del frio que hacía en la habitación, para ayudarla, dejó a la bebé Astrid en la cuna que estaba continua a su lecho matrimonial, misma donde se subió para acudir con su preocupada esposa.

—Cami...

Pero antes de que pudiera tomar su mano, Camicazi se tensó como si la hubieran congelado, y pronto comenzó a ver más imágenes frente a sus ojos; algo nuevo para ella, ya que nunca le había pasado.

La primera imagen era oscura, pero logró percibirlo, había alguien a las afueras de su isla; en un abrir y cerrar de ojos otra imagen llegó a ella, fue rápida, pero logró reconocer una habitación muy bien conocida por ella; después una más, casi en un destello, pero lo vio claramente era una ciudad de cristal.

—Camicazi, ¡despierta! —gritó Eret evitando tocarla por temor a causarle alguna clase de daño.

La seid en ese momento, despertó en un parpadeo, Eret notó que recuperó el usual brillo en sus ojos, pero antes siquiera de que pudiera tocarla, Camicazi salió disparada de la cama y salió de la habitación

— ¡Cami, espera!

Sin escuchar el clamor de su marido, Camicazi corrió descalza por los pasillos del castillo hasta llegar al gran balcón que daba vista al mar y al frente de hielo.

—¡Camicazi! —llegó el agitado Eret, contento de haberlo alcanzado. —¿Qué pasa? ¿Por qué corriste así?

—¡Allá! —Apuntó la seid hacía el muro de hielo. —Hay alguien del otro extremo.

LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)Where stories live. Discover now